La
menstruación y el ciclo menstrual son sucesos fisiológicos que reciben tratamientos sociales muy distintos dependiendo de la época o la cultura desde la que se interpreten. El hecho de sangrar periódicamente se ha relacionado con impureza o suciedad pero también con fertilidad, naturaleza y potencial femenino. Me ha bajado la regla, me ha venido, tengo el periodo, estoy mala, estoy en esos días del mes, manchando…son expresiones que se usan coloquialmente y que son reflejo de la visión negativa y patologizada de la menstruación en nuestro entorno. Este post surge a raíz de una noticia publicada en diversos medios que hace referencia a una empresa británica en la que se permitirá a las empleadas coger una
baja laboral por menstruación en caso de necesitarla. Los argumentos que para la directora de esta empresa explican esta decisión están siendo objeto de fuerte debate. La menstruación como proceso fisiológico no tiene por qué ser dolorosa, sin embargo la influencia de elementos psicosociales complejiza los síntomas que la acompañan.
Tres entidades diagnósticas para definir y clasificar las manifestaciones físicas y psicológicas premenstruales
Síntomas premenstruales
como tensión mamaria, distensión abdominal, retención de líquidos, etc. No son manifestaciones patológicas y las presentan en torno al 80% de mujeres que menstrúan.
Síndrome premestrual (SPM)
se considera un conjunto de síntomas físicos, conductuales y emocionales, aunque no se trata de un trastorno severo.
Trastorno disfórico premenstrual (TDPM)
supone un obstáculo para el desempeño de las tareas habituales y está incluido dentro del Manual diagnóstico de la Asociación americana de psiquiatría.
Cada una posee indicadores específicos, sin embargo son más bien cajones de sastre que recogen cambios emocionales, síntomas somáticos, dolores inespecíficos, etc. Todos ellos son un reflejo de cómo se entrecruzan factores biológicos, psicológicos y socioculturales, y creo que un desafío necesario para las ciencias es el de articularlos entre sí sin parcelar lo biológico aislándolo de todo lo demás.
Patologización y medicalización de la menstruación
En el siglo XIX se da comienzo a una patologización y consiguiente medicalización de muchos aspectos referidos a la fisiología femenina y en concreto de los relacionados con la menstruación, la reproducción y la sexualidad. Desde esos días, el interés por el ciclo menstrual “normal” aumentó y aún a día de hoy sigue siendo una rama muy importante de la investigación biomédica. Sin embargo, ¿por qué no se han dedicado nunca los mismos esfuerzos a estudiar los efectos de los ciclos hormonales sobre los cuerpos masculinos? Recientes estudios comienzan a llamar la atención sobre la existencia de dinámicas hormonales también en los hombres, abriéndose un campo interesante. Los cambios conductuales o emocionales en las mujeres se explican desde el punto de vista hormonal, reduciendo de este modo una situación mucho más compleja. Se ha demostrado que los cambios de humor no están relacionados con el ciclo menstrual, entonces, ¿por qué se empeña la ciencia médica en seguir reduciendo el cuerpo de las mujeres a su biología, a su naturaleza? Una mujer comentaba en un artículo sobre la menstruación que sus hormonas también forman parte de ella, que no puede considerarlas una parte separada de sí misma. ¿Qué opináis vosotras y vosotros? ¿No será que tanto nos dicen que la menstruación es un suceso traumático y doloroso que inevitablemente nuestros cuerpos reproducen este mensaje? ¿Y, si duele, cómo incluir esa molestia en nuestras dinámicas sociales y laborales? En el próximo post os contaré sobre la copa menstrual, dispositivo no demasiado conocido en nuestro entorno y cuyas usuarias refieren mejoría en la sintomatología somática durante la menstruación.
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Me encanta el articulo. Me parece una exposicion de esta realidad , sencilla, muy didactica y agradable. Enhorabuena.