Hoy en día, la violencia de género en adolescentes es cada vez más común. Normalmente, esta violencia, comienza con un abuso verbal, de ahí se pasa al psicológico y en muchos casos desemboca en un maltrato físico y sexual.
Como podemos observar, la violencia de genero no es una característica propia de adultos. La violencia de género en adolescentes es una de las más visibles en nuestra sociedad actual. Dicha violencia, supone un gran problema para la sociedad, ya que no son solo ellos las víctimas, sino también su familia.
El 14% de las adolescentes afirma haberse sentido presionada para realizar actividades de tipo sexual
La presión realizada en casi en todos los casos 97,4% por un hombre, normalmente viene del chico con el que salen en el 55.7%. Al 48% de las chicas de entre 14 y 20 años, en algún momento se le ha pedido que muestren fotografías de índole sexual y un 23% de ellas también han recibidos peticiones de cibersexo. Los chicos han reconocido que en un 17,1% han pedido en alguna ocasión fotográficas de tipo sexual y el 7.4% ha pedido tener cibersexo.
Como podemos comprobar, la violencia de género en adolescentes se ejerce mucho más en chicas. Con el boom de las redes sociales, la violencia machista se ha visto agudizada y los roles sexistas, son hoy en día mucho más fuertes en los adolescentes. La violencia sexual y el acoso que sufren los adolescentes a través de las redes sociales, hacen que sea imprescindible llevar a cabo políticas educativas para combatir este problema grave en la sociedad actual.
Redes sociales y su implicación en el aumento de casos de violencia de género en adolescentes
Las redes sociales suponen una herramienta casi indispensable, para los adolescentes de hoy en día. A través de ellas, se conectan con sus amigos, pueden consultar información sobre cualquier cosa que les interese, ven videos… Por lo que podemos comprobar, las redes sociales forman parte de la vida diaria de los adolescentes y casi no pueden prescindir de ellas.
Usan las redes sociales, para conocer amigos, parejas, hablar durante horas, subir fotos, realizan declaraciones de amor, suben videos… y todo esto lo hace de forma pública, lo que resulta un gran riesgo.
Por todo ello, se ha producido un aumento de casos de violencia de género contra las adolescentes, que derivan en abusos sexuales, físicos y psicológicos.
Las redes sociales se han visto afectadas por el concepto de amor romántico y en ellas se sigue insistiendo en los estereotipos tradicionales. Pero el amor romántico, no está fundamentado en una base igualitaria, sino en la dependencia de una chica sobre un chico.
Los videos, personajes que aparecen en las redes sociales, serie y programas entre otros, favorecen es mito de la “media naranja”, los celos como justificadores de cualquier acción, la sumisión de la mujer y justificación de acciones violentas que perpetúen ese amor.
Al ser usadas las redes sociales casi las 24 horas del día por los adolescentes, en los casos que se produce violencia de género, supone el control casi absoluto de la pareja.
¿Cómo detectar la violencia de género a tiempo en adolescentes? Indicadores
Como se ha comentado anteriormente, la violencia en adolescentes casi en la mayoría de los casos se ejerce sobre las chicas. El principal problema con el que nos encontramos en este aspecto es, que normalmente las chicas que sufren violencia de género no cuentan lo que les está ocurriendo. Es fundamental el papel de la familia y concretamente el de los padres. Normalmente, la pareja de nuestra hija no ejercerá en principio violencia o agresividad sobre ella, sino que poco a poco irá aislándola de amigos, familia y en definitivas personas importantes para ella, tratará de imponer sus ideas, chantajearla (sobre todo emocionalmente).
A menudo las chicas no conciben este control por parte de su pareja como error o algo negativo, sino que piensa que si la llama continuamente es porque está preocupado, si se pone celoso es porque la quiere mucho, si la intenta alejar de alguien se su entorno es porque no le conviene y él sabe que es mejor para ella.
Algunas señales que pueden hacer sospechar a los padres que existe violencia son:
- Se pone muy nerviosa cuando suena el móvil.
- Cambios en el comportamiento.
- Comienza a no salir con sus amistades de siempre.
- Se olvida de sus necesidades solo piensa en las de su pareja.
- Miedo a su pareja se enfade.
- Baja autoestima.
- Se muestra irritable siempre con la familia.
- No acepta una crítica u opinión sobre su pareja.
Estas son alguna de las señales más evidentes, que pueden hacernos pensar que nuestra hija sufre violencia de género.
Pautas para evitar la violencia de género en adolescentes.
Lo que está claro, es que, para poner freno a la violencia de género en adolescentes, es imprescindible comenzar a edades tempranas. Es muy necesario incluir una educación afectivo sexual en la edad infantil, para evitar futuros problemas y como una herramienta potente de cambio.
La educación dentro del entorno de la escuela supone una gran estrategia para prevenir la violencia de género, pero también educar dentro del ámbito familiar es de vital importancia.
Las acciones que se pueden poner en marcha dentro de la familia pueden ser:
- Los padre y madres ha de dar buen ejemplo a sus hijos.
- Es vital implicar por igual a niños y niñas en la tereas cotidianas del hogar.
- No debemos permitir nunca comentarios machistas.
- Estar muy pendiente siempre al uso de los dispositivos móviles, internet, redes sociales y videojuegos.
- Desmontar las ideas erróneas que surjan en nuestros hijos como los prejuicios.
- Atender y dar respuesta a las dudas que nos planteen.
Desde los centros educativos se pueden poner en marcha iniciativas o programas que sirvan para prevenir esta violencia de género en adolescentes. Se pueden establecer talleres, charlas o formaciones con padres, madres o toda aquella persona que conviva en el ámbito familiar. El objetivo principal sensibilizarnos, formarnos, implicarnos, cuestionarnos.
Es importante a parte de estas acciones, es necesario educar siempre en el sentimiento de amistad, para la igualdad, ser tolerantes sobre todo con la diversidad, saber poner limites y no tolerar ningún tipo de violencia y trabajar la frustración.
Al igual que el sexismo se aprende a edades tempranas la igualdad también, es por ello que desde los centros educativos y las propias familias es importante se trabaje de forma conjunta para evitar y prevenir la violencia de género en adolescentes.