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síndrome post vacacional
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Claves para no tener el síndrome post vacacional

Entendemos como síndrome post vacacional aquella sensación de pereza, falta de motivación, irritabilidad y tristeza de volver a nuestro puesto de trabajo.

Poner de nuevo la alarma, preparar la ropa de mañana, otra vez trafico, lleva al niño al colegio que tienes que fichar a tiempo… Gran parte de nuestra vida (por no decir casi un tercio) va a ser en el ámbito laboral y tendemos a dirigir nuestros pensamientos al aspecto más negativo de esto. Puede que este artículo tenga más desventajas que esperanzas en la vida, pero ¡no nos deprimamos! Dentro de todo, tenemos que encontrar la manera de pasarlo lo más rápidamente posible y detectar los síntomas para ponerles solución.

Que es el síndrome post vacacional

El síndrome post vacacional es el sentimiento de estrés y depresión que nos genera la vuelta a la rutina laboral. El proceso de readaptación tras las vacaciones genera estos síntomas de presión emocional ya que resulta muy complicado volver a las tareas laborales.

Las personas que más sufren este síndrome son aquellas que no se sienten realizadas en su trabajo. Generan un sentimiento negativo y un pensamiento de frustración entorno al clima laboral, causando una sensación de obligación al acudir a su puesto.

Algunos estudios argumentan que es más frecuente en mujeres que en hombres y que puede extenderse hasta cuatro meses desde la incorporación a la empresa.

Cómo se manifiesta el síndrome post vacacional

Con respecto al síndrome post vacacional, muy pocas veces es necesaria la intervención de profesionales ya que suele durar de días hasta, como máximo 3 semanas. Los síntomas son fáciles de detectar y generalmente se presentan días antes de la vuelta la rutina. Aunque dependerá principalmente de la persona, del entorno en que trabaja y de la responsabilidad que conlleve su puesto.

Algunos de los más comunes son:

  • Malestar general
  • Ansiedad
  • Bajo estado de ánimo
  • Falta de energía
  • Cambios de humor

En el caso de que perduren estos síntomas más de un mes, deberemos consultarlo con un especialista. No es habitual y es en ocasiones muy excepcionales, aunque puede desembocar en un cuadro de estrés crónico.

Consejos pre: la vuelta no puede ser tan dura

Podemos enumerar algunos consejos que pueden ser importantes para que el inicio a la rutina no sea tan complicada. Combatirlo a tiempo será clave para evitar que aparezcan de forma aguda o se agraven con el transcurso de los días.

  1. No vuelvas de las vacaciones el día anterior a tu incorporación. Planificar la vuelta es más importante de lo que piensas. Algunos expertos recomiendan volver hasta dos días antes de las vacaciones para poner todo en orden y mentalizarnos de que vamos a volver al trabajo.
  2. Organizar los días pre al curro. Esos días de antes deberemos de organizarlos de forma que nos de tiempo a prepararnos mental y físicamente para lo que viene. Podemos poner como ejemplo, poner lavadoras, reorganizar la casa, sacar el portátil del trabajo y saber que antes o después deberemos de coger, etc.
  3. No es necesario ponernos la alarma el sábado de antes de la vuelta a las 7 de la mañana. Pero si puede ser recomendable ir despertándonos antes de lo que llevamos haciéndolo en vacaciones. Nuestro cuerpo y mente tiene que concienciarse de que llegará ese momento (tedioso).

El periodo vacacional tendríamos que tomarlo como una fuente de energía que nos va a ir  retroalimentando el resto del año.

Consejos para la primera semana: la transición

Las recomendaciones antes de volver son muy importantes, pero también lo son mantenerlas una vez hemos vuelto a nuestra nueva rutina. Por lo que deberemos poner en prácticas algunos de estos tips para llevarlos a cabo una vez hayamos vuelto.

  1. Dedica unos minutos a organizarte. El ocio y la vida fuera del trabajo son muy importantes y más en estos días. No podemos tener una vuelta intensa de trabajo con estrés desde el primer día. Nos tendremos que proponer que, en cuanto salgamos de nuestra zona de trabajo, dediquemos el resto de tiempo a nosotros y en realizar los hobbies que nos hagan desconectar. No te lleves el trabajo a casa (ni el resto del año).
  2. Vida fit. Parece que es la muletilla como remedio casero para todos nuestros malos hábitos, pero hay que reconocer que es totalmente cierto. Reducir la ingesta de alcohol y de cafeína, disminuyen o hacen desaparecer estos síntomas.
  3. Practica deporte. Si has tenido unas vacaciones más bien pasivas, no hace falta que el mismo día de vuelta de las vacaciones nos apuntemos al gimnasio. Ya estaremos suficientemente cansados de los primeros días de vuelta. Pero podemos comenzar saliendo a caminar o haciendo alguna actividad al aire libre. El deporte esta científicamente comprobado, libera estrés y provoca una sensación de bienestar mental y corporal.
  4. Paciencia, pasará. Esta sintomatología es transitable e irán desapareciendo. Pon de tu parte y pasará más rápido de lo que imaginas. Hay que tomarse con calma las transiciones y tener una actitud realista de la situación.

Puede que este síndrome sea producto de la vida moderna, el estrés en el que vivimos constantemente y la presión que nos genera volver a la rutina que, en muchas ocasiones, no nos permite desconectar. Pero hay que tener muy claro que esto es una transición y que entra dentro de la normalidad.

Podemos tener suerte y que nos encante nuestro trabajo, de esta forma este cambio se hace mucho más liviano. Aunque, en ciertas ocasiones, no encontremos ninguna motivación a nuestra vida profesional. En este caso debemos recordar que el cambio depende principalmente de nosotros. Tanto en el aspecto de ser proactivos y provocar que ese transito pase lo más light posible, como de plantearnos un cambio radical. Ese cambio radical puede ser tanto cambiar de empresa, cómo de puesto de trabajo.

Puede ser complicado, ya que cada uno tiene una situación totalmente diferente. Pero debemos valorar nuestra salud ante todo. Vamos a hacer el ejercicio de valorar qué tenemos, qué nos proporciona y si podemos darle una solución de manera progresiva o buscar un plan b.

Categorizado en: Gestión Empresarial

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