El marketing, tal y como lo entendemos hoy día, debe gran parte de su sentido a David Ogilvy. Usamos el término marketing, y no publicidad, porque, a pesar de lo que muchas personas puedan creer, su intervención no fue solo en la rama de la publicidad, sino que los estudios de mercado, las relaciones públicas y otros elementos del marketing tienen su razón de ser en la filosofía de David Ogilvy.
Independientemente de que se pueda estar de acuerdo o en desacuerdo con las estrategias de marketing actuales, es importante conocer la influencia de David Ogilvy para entender el funcionamiento del marketing en nuestros días.
Fue en los años 50 cuando empezó a aplicar de forma práctica todas sus teorías sobre publicidad en su propia agencia publicitaria, una vez había pasado por diferentes empleos, destacando la gran influencia que produjo en su filosofía el empleo que tuvo como investigador en un instituto que se dedicaba a obtener datos acerca del comportamiento y opiniones de los consumidores.
¿Quién era David Ogilvy?
David Ogilvy fue un firme defensor de estrategias de marketing que pueden parecer, en principio, menos sofisticadas, tales como técnicas de relaciones públicas y marketing directo. De hecho, su pasado como vendedor de estufas influyó de manera decisiva en la forma que tuvo, a posteriori, de diseñar toda campaña publicitaria, con un cuidado y eficiente uso del lenguaje que aprovechara hasta el último segundo de contacto con el cliente.
Estilos de marketing, como el marketing one to one, basan su metodología en los principios de Ogilvy. Por ejemplo, el acto de crear una estrategia de comunicación con el cliente con un diseño basado en que este se sienta como la única persona que va a recibir el mensaje, tiene su procedencia en la atención personalizada de la venta “puerta a puerta” que Ogilvy aprendió en su juventud.
El estudio del consumidor como base de cualquier estrategia de marketing
También es destacable la importancia que siempre otorgó a la justificación de cada acción publicitaria con un minucioso estudio del consumidor al que se orientaba. Este metódico estudio que realizaba Ogilvy se podría asemejar a las actuales técnicas de neuromarketing que, apoyadas en la tecnología más puntera, se centran en la misma dinámica de actuación que Ogilvy aplicaba para sus estrategias publicitarias.
Por último, y quizás el más importante, David Ogilvy nunca subestimó al consumidor, al contrario que otros muchos publicistas. Consideraba como básico que este tuviera la mayor información posible del producto, eludiendo la creencia acerca de que un simple eslogan y un logotipo llamativo construirían una relación a largo plazo entre consumidor y producto. Teniendo en cuenta esta mentalidad, podemos extrapolar a la actualidad los continuos esfuerzos de la mayoría de las marcas por irradiar honestidad y transparencia en todos su procesos organizacionales, tal y como describimos con el reciente cambio en el diseño del logo de Google.
Como puede observarse, hasta las técnicas de marketing más actuales tienen un origen bastante arraigado. Por ello, estudiar a personas como David Ogilvy nos puede ayudar a buscar empleo sobre marketing o comprender la situación actual desde un punto de vista general.