Hora punta, miles de personas acuden a sus trabajos como cada mañana sufriendo atascos interminables que ni la radio puede amenizar o subiendo a vagones de metro sin hueco alguno. ¿Sabías que en Bélgica esto no pasa?
El país de las bicicletas podría convertirse en uno de los pioneros de una iniciativa que arrancará el aplauso de muchos trabajadores de otros países que acuden a sus puestos en el bullicio de la ciudad.
Claramente, existen en Bélgica al igual que en el resto de los conocidos como Países Bajos una apuesta a nivel empresarial por mejorar la experiencia laboral y crear ambientes de trabajo más saludables y positivos, para obtener así una mejora en el rendimiento y en la eficiencia de las empresas. Es más que previsible, que esta tendencia aumentará la demanda de profesionales formados en employee experience, de forma que, esta iniciativa puede suponer el punto de inflexión a otras muchas en el futuro.
Una nómina sobre ruedas
Actualmente existe una preocupación por respetar el medio ambiente, forjándose así un compromiso a nivel estatal por todos los países europeos por construir una Europa verde. Por ello, algunos países han materializado esta responsabilidad implementando normativa específica con la que cumplir con los objetivos medioambientales marcados por los estados miembros.
La medida establecida en Bélgica consiste en pagar a los trabajadores que vayan al trabajo en bicicleta. Esta decisión que anteriormente se establecía de forma voluntaria, será obligatoria conforme al resultado de la negociación entre sindicatos y el sector privado.
¿Cómo se controla esta medida?
Los trabajadores belgas que opten por la bicicleta como medio de transporte para trasladarse a sus centros de trabajo recibirán en su nómina por parte del empresario de forma obligatoria una cantidad mensual como incentivo a acudir al trabajo en bicicleta.
Ahora bien, existe un límite de kilómetros a realizar en bicicleta hasta llegar al centro de trabajo a realizar su jornada laboral. La limitación diaria que da derecho a esta compensación son los 40 kilómetros y de forma diaria solo podrá percibir una cantidad de 11 € por jornada. Aunque existen regiones donde la cantidad es inferior siendo de 15 céntimos por kilómetro. Anualmente, la cantidad a percibir se revisará para ajustarse a la inflación.
La medida no se limitará solo a las bicicletas tradicionales, sino que, para aquellos trabajadores más sedentarios, también se podrán beneficiar de esta iniciativa quienes utilicen bicicletas eléctricas. Se consigue acabar así con la inmovilidad de los trabajadores, incluso con aquellos que desean teletrabajar, ya que, les podrán hacer cambiar de opinión.
¿Cómo se benefician con esta iniciativa?
El derecho a beneficiarse con esta medida necesita de cumplir algunos requisitos. Para desplazarse al trabajo en bicicleta, se deberá de hacer de forma regular, entendido esta, como una vez mínimo a la semana.
No obstante, este criterio es flexible, ya que, se puede acudir al centro de trabajo en bicicleta por temporadas. Teniendo en cuenta las bajas temperaturas del país belga, tiene cabida en esta medida acudir durante el verano en bicicleta y en invierno en otro medio como puede ser el transporte público. Y es que, con el asfalto helado puede ser peligroso transcurrir en bicicleta por las calles del país belga.
La cantidad que se percibirá por esta iniciativa se conseguirá tras la declaración jurada anual de los trabajadores donde se determinará el número de kilómetros y la frecuencia con la que se han trasladado al trabajo en bicicleta. Además, esta cuantía no tributará y ni tendrá carga de la Seguridad Social de ningún tipo.
Bicicleta y países bajos: sinónimos
No es nueva la tradición en los conocidos como Países Bajos por el uso de la bicicleta. A diferencia de otros países europeos, la cultura ciclista de Bélgica, acompañada de las correspondientes infraestructuras hacen que el uso de la bicicleta no se limite solo al fin de semana.
La pasión por las dos ruedas en Bélgica queda demostrada con cifras de más de 23 millones de bicicletas según muestran las estadísticas correspondiendo 3 millones a modelos eléctricos.
Son precisamente las bicicletas eléctricas las que están sujetas a un impuesto conocido como “fietsbelasting” de unos 7,50 €/año. El dinero recaudado pone en énfasis la tradición belga por estos vehículos, ya que, se emplea en garantizar la seguridad y la comodidad de los ciclistas mediante el mantenimiento de carriles, semáforos o señales, entre otros.
El uso de la bicicleta, además de ser beneficioso a nivel medioambiental también lo es a nivel físico y mental, por lo que, no es extraño que muchos países como Bélgica se suman a estas medidas en el futuro.
España también es país para bicicletas
Desgraciadamente, en España aún no se ha establecido una medida que obligue a las empresas a abonar una cantidad de dinero a los trabajadores que vayan en bicicleta. Ahora bien, existen empresas nacionales que también apuestan por un transporte más sostenible y amigable con el planeta.
Así, por ejemplo, la aseguradora Liberty o la empresa de energías renovables Ingeteam Service han incentivado a sus trabajadores a utilizar las dos ruedas para ir a la oficina.
En el caso de la aseguradora, paga a sus empleados la cantidad de 37 céntimos por kilómetro recorrido hasta el trabajo en bicicleta y en la empresa de energías renovables 1 € por kilómetro. Una paga que se asemeja a la que se paga por transporte en el uso de los coches, beneficiando al usuario que, en este caso, prescinde de gastos como el mantenimiento o el repostaje.
