Cuando hablamos de innovación, la mayoría tiende a pensar en artilugios novedosos, aparatos tecnológicos de última generación o diseños rompedores. Sin embargo, hay un tipo de innovación que está detrás de todas estas y que guarda una estrecha relación con la innovación tecnológica: los diferentes tipos de innovación social.
Definición de innovación social
La innovación social agrupa muchísimos conceptos: nuevos productos para mercados sociales, tecnologías asistivas, mejoras en servicios públicos, nuevos métodos educativos…se trata de una realidad “en construcción, un “proceso” que busca la transformación de las organizaciones hacia modelos de negocio sostenibles 100%.
La importancia de la innovación social
La relación entre innovación tecnológica y sociedad es innegable, por lo que el proceso innovador debe buscar oportunidades que tengan en cuenta a las personas y las necesidades sociales. No estamos hablando de la simple aplicación de los resultados de investigación y desarrollo a alto nivel, la innovación también es el resultado de capacidades emprendedoras, estratégicas, de decisión, organizativas e imaginativas.
El desafío de las empresas es transformar la innovación en una herramienta estratégica para conseguir el impacto social que se busca, tanto en el producto o servicio como en la manera en que se implementa y se lleva a cabo. La clave reside en la colaboración.
La innovación social como solución rápida a los problemas
Los diferentes tipos de innovación social se centran en la creación de valor centrado en las personas y por ello necesita que se establezcan colaboraciones que den una respuesta más eficiente, rápida y real a los problemas. Esta innovación tiene lugar en la superposición de sectores, en la interacción de actores de diversos campos y se nutre de las diferencias y capacidades de todos ellos. Esta necesidad de intercambio y participación a dado lugar a nuevos ecosistemas de colaboración, donde la innovación fluya, se aprenda y se comparta.
Por eso, está generando nuevos tipos de alianzas, colaboraciones y formas de relacionarse que al mismo tiempo, generan más ideas y amplía las posibilidades de innovación exponencialmente.
La mayor ilustración de ese hecho es el caso de las redes sociales, que implicaron un avance moderado en el modelo de internet, pero que han implicado profundas transformaciones en los movimientos sociales locales y globales.
A pesar de que las motivaciones de las empresas que apuestan por la innovación son bien diferentes, y en algunos casos no del todo limpias, está claro que el factor humano marcará las líneas de actuación de aquellos que persigan el éxito y la integración en el mundo empresarial. Al fin y al cabo, en los tipos de innovación social, “Todo está hecho por personas, para personas y con personas”