Hace unas semanas, Google presentó novedades en su evento Cloud Next 2025. Lo cierto es que no han faltado titulares, pero lo interesante no fue el bombo mediático, sino el tono con que lo contaron y su clara orientación al mundo empresarial. Ya no hablan de futuro, ni de «lo que viene».
Hablan de herramientas que ya están funcionando, que cualquier empresa podría usar hoy mismo, sin equipo técnico, ni grandes inversiones y eso cambia cosas en el uso de la inteligencia artificial en las empresas.
En este artículo te resumo lo más destacado que nos ha dejado el Cloud Next 2025, ¡información imprescindible si quieres estar al día en este fascinante sector!
Automatización más inteligente y menos técnica
Una de las novedades más comentadas fue Workspace Flows. Esta nueva funcionalidad sirve para crear flujos de trabajo que se ejecutan solos, es decir, no es necesario tener un gran conocimiento o recursos para implementarlos, todo lo contrario, se puede hacer con poco o nada de intervención.
Lo que antes hacía una persona revisando correos y moviendo archivos, ahora puede hacerlo un sistema. Sí, permite a las empresas automatizar, pero sin desconectarse de la realidad y perder el control de las tareas.
La gracia no está en automatizar por automatizar. Está en que el sistema entiende el contexto, cruza datos y actúa en consecuencia. Y todo ello sin que tengas que estar encima.
Gemini 2.5: IA que observa sin molestar
Otra novedad fue la mejora del modelo Gemini. Como todos sabemos, se trata del ChatGPT de Google, y ahora ya no es solo un ayudante que completa textos, sino que, mientras escribes o trabajas con datos, va observando e interpretando.
Detecta errores, sugiere cosas, incluso completa lo que falta, identificando patrones y tendencias sin hacer ruido.
Por ejemplo, antes, analizar un informe llevaba tiempo. Hoy, podrías analizar grandes volúmenes de datos sin darte cuenta, solo con el modelo funcionando en segundo plano.
Vertex AI: IA en las empresas sin el muro técnico
Google también mostró avances con Vertex AI. Lo que antes era terreno exclusivo de ingeniería, ahora se abre. En este sentido, ofrecen kits y conexiones para que distintos sistemas trabajen juntos. A priori puede no sonar demasiado emocionante, pero lo es, porque baja la barrera técnica.
Hablamos de usar inteligencia artificial en las empresas para cosas muy concretas: la cadena de suministro o la gestión de inventarios. Cosas del día a día que se pueden hacer mejor, con menos fricción.
Chatbots, asistentes virtuales y otras cosas que ya no sorprenden
Hoy en día, nadie se impresiona al ver chatbots y asistentes virtuales contestando correos o resolviendo dudas en atención al cliente. Pero están empezando a aparecer en sitios donde antes no los veíamos, sectores como recursos humanos, marketing o logística.
Y lo que hacen, aunque pase desapercibido, tiene impacto. Reciben información, utilizan la IA para leer entre líneas, cruzar datos y, así, poder decidir. A veces sin pedir permiso, ¡Y eso está bien! Porque están ayudando a las empresas a mantener el ritmo sin sobrecargar a nadie. Y todo esto, claro, manejando cantidades de datos que no podría asumir una persona sola.
Lo que cambia cuando la IA deja de parecer ciencia ficción
Parece que todos tenemos asumido ya que este movimiento no es una moda. Más bien se presenta como un ajuste profundo en cómo funciona el mundo empresarial. La inteligencia artificial IA no es un extra, se está volviendo una parte más de la maquinaria.
La cuestión ya no es «¿deberíamos usarla?», sino «¿dónde tiene sentido integrarla?». Porque la IA en las empresas puede ser muy útil, pero también puede estorbar si se usa sin criterio.
Automatizar por automatizar no sirve. Pero si se hace bien, puede mejorar la toma de decisiones, anticiparse a errores y liberar tiempo. Y cuando eso se suma a una cultura que no tiene miedo a probar, a ajustar, a volver a intentar… entonces sí. La automatización de procesos se convierte en parte natural de los procesos empresariales, no en algo impuesto desde fuera.
La IA no va a hacer todo por nosotros, obviamente. Pero puede hacer muchas cosas con nosotros, y ese matiz lo cambia todo.
¿Por dónde empezar si no tienes un perfil técnico?
Vale, todo esto suena bien. Pero es normal que, si estás en una posición de gestión y no vienes del mundo de la tecnología, te preguntes: ¿por dónde empiezo? ¿Cómo sé si esto aplica a mi empresa o a mi equipo?
Aquí no hay una receta exacta. Pero hay algunas señales que pueden ayudarte a decidir si implementar la inteligencia artificial en tu negocio. No necesitas saber programar, lo que necesitas es hacerte buenas preguntas, como las que te dejo a continuación:
1. ¿Tu equipo repite tareas cada semana?
Si hay procesos que se hacen una y otra vez, como revisar correos, rellenar hojas de cálculo, copiar información entre sistemas, eso ya es una pista.
2. ¿Tienes datos, aunque no los estés usando?
No hace falta tener grandes bases de datos para empezar. A veces es suficiente con tener histórico de pedidos, hojas de Excel, correos, informes. Si los tienes, la siguiente pregunta es: ¿los estás aprovechando? Si no, ahí hay una oportunidad para usar IA de forma útil, no decorativa.
3. ¿Tienes margen para probar sin miedo a fallar?
La IA funciona mejor cuando se aplica en entornos donde se puede iterar. Si cada decisión en tu empresa tiene que pasar por cinco filtros y no se tolera el error, va a ser difícil. Pero si puedes lanzar un pequeño piloto, medir qué pasa y ajustar, ya tienes un terreno fértil.
4. ¿Quién lidera este tipo de conversaciones?
Si todavía nadie en tu organización se está preguntando por esto, quizás seas tú quien tenga que abrir el melón. No hace falta ser experto, basta con entender que esto ya no va solo de tecnología sino de visión de negocio, de decidir hacia dónde quieres mover tu equipo.
Si estás pensando en llevar la inteligencia artificial a tu empresa, el Máster en Inteligencia Artificial Aplicada puede ser justo el impulso que necesitas.
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