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el tratamiento de la información

Tecnologías y entornos digitales al servicio de las empresas y firmas de profesionales del Derecho

12/07/2013
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Nos encontramos en un momento social, cultural y económico completamente trascendente, un punto de inflexión en el que debemos ser capaces de actuar con rapidez y cautela ante todos los cambios que se están produciendo. incluido el tratamiento de la información digital.

De todos es sabido el significado que la cultura oriental le otorga a la palabra «crisis», esto es, un momento de oportunidad para el cambio. Después de la Revolución Industrial (“Segunda Ola”), la tecnología y los entornos o canales digitales son considerados como la «Tercera Ola», la nueva revolución o, como muchos lo entendemos, una evolución natural de la realidad.

La revolución digital

Esta evolución afecta a todos los sectores y grupos de población, aunque principalmente a los, erróneamente conocidos, “nativos digitales” o “Generación Y”; inclusive a los propios sujetos pasivos de la “brecha digital” que sufren las consecuencias de no poder acceder a estas nuevas tecnologías y entornos digitales. En todo, caso la base de todo se germinó hace años con el nacimiento de Internet, que no es más que el “sustrato” sobre el cual van a “crecer” nuevas herramientas tales como el correo electrónico o la más conocida y poderosa: la Web. Que, a su vez, ha dado lugar a otros entornos tan importantes como las Redes Sociales basadas, todas, en la tecnología de Internet; pero que no son más (tanto las Redes Sociales, como la Web en sí misma) que nuevos lugares donde las relaciones humanas o “relaciones interpresonales” tienen lugar, sustituyendo a los antiguos patios de vecinos. Claro está con diferencias tales como el poder de “realidad aumentada” que las mismas tienen.

Esta realidad, como hemos dicho, afecta a todos los sectores, incluidas, como no, las empresas y las relaciones que surgen en ellas y entre ellas. En este caso nos referiremos a las firmas de profesionales del Derecho, ya sean de pequeño/mediano o gran tamaño y a profesionales del Derecho “independientes” que se constituyen (o no) como empresa.

El gravísimo problema que existe es la no coordinación cronológica en un triple sentido: por un lado tenemos la realidad del día a día; por otro la realidad en la que trabajan los profesionales del Derecho, que podemos decir que es una cronológicamente más atrasada que la anterior; y, por último, tenemos la realidad legislativa que está absolutamente desfasada, a pesar de los intentos del legislador por enmarcar e incorporar el uso de las tecnologías y los entornos digitales al mundo del Derecho (como podemos apreciar, por ejemplo, en la constitución de la figura jurídica de las Sociedades Nueva Empresa, en el Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital).

Las tecnologías llegan a todos los sectores

Las tecnologías y entornos digitales deben integrarse de manera absoluta en el mundo de las empresas y firmas de profesionales del Derecho. Deben incorporarse a sus estrategias empresariales, a su día a día para todos los aspectos ya que la función que cumplen es de gran utilidad y ahorro. Es sencillo: mayor facilidad, menor coste. Ayudan a poder llevar a cabo una rutina de trabajo mucho más ágil, obtención de nuevos “proclientes” (entendemos que el término cliente ya está obsoleto), estar en contacto con otras personas (ya sean futuros “proclientes”, proclientes, trabajadores de la empresa u otros profesionales), intercambio de aprendizaje, adaptación y apertura a nuevos mercados: profesionales del Derecho con asistencia virtual, nuevas fórmulas de pago, nuevas e impresionantes formas de almacenamiento e interacción empresaria (cloud computing), nuevas fórmulas de trabajo (como el coworking en hubs), ordenación de empresa de manera horizontal, movilidad, etcétera.

En definitiva, la tecnología debe ayudar a alcanzar nuestro objetivo. El problema con el que nos encontramos es el que ya advertíamos unas líneas más arriba. Solo un 23% de todas las empresas/firmas de profesionales del Derecho usan de manera, simplemente, correcta las tecnologías y entornos digitales. Todo ello se une a una legislación que ni desde el punto de vista internacional, comunitario ni estatal llega a los mínimos en este área, en muchos casos actuando mediante chapuceras analogías jurídicas o dejando al arbitrio de las grandes empresas que operan en estos entornos (véase el “ecosistema jurídico de Facebook”).

El tratamiento de la información en entorno digital

Problemas no resueltos a estas alturas tales como el tratamiento de la información persona, la identidad electrónica en la Web, los criterios de privacidad, la protección de datos, la regulación de la contratación laboral, la publicidad, la minería de datos, la propiedad intelectual, etcétera. Todo esto unido a la falta de información y de formación de los profesionales del derecho y los propietarios de empresas donde trabajan, provocan que el desarrollo, su red de contactos, la confianza entre sus iguales…, en definitiva la cultura de la innovación, “brille por su ausencia” en el sector jurídico.

Alejando a sus profesionales de la realidad e impidiendo salvar riesgos, gastos, inversión, no teniendo una verdadera seguridad en el tratamiento de los datos que manejan, haciendo muy complejas las comunicaciones y otras desventajas que están sucediendo.

¿Llegaremos a tiempo o perderemos la gran oportunidad?

Anexo

En las páginas siguientes he confeccionado una serie de gráficos sobre la realidad actual del uso de estas Tecnologías y Entornos por las firmas de profesionales del Derecho para poder contar con una referencia objetiva de cuál es nuestro punto de partida.

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Categorizado en: Gestión Empresarial

No hay comentarios

  1. María de la Cruz Domínguez López dice:

    Sabemos que el Derecho es una ciencia social y como tal
    intenta dar respuesta a las necesidades de la sociedad en la que se desarrolla.
    Al analizar nuestra realidad actual, vemos que cada día cambia a pasos
    agigantados, por lo que no es de extrañar que el Derecho se quede atrás, es
    necesario como tú afirmas que éste se renueve y más concretamente en el sector
    de las tecnologías y entornos digitales.

    Además la renovación del jurista es esencial en la esfera
    en la que ofrece sus servicios, adaptarse y hacerlo de una manera adecuada es
    difícil ya que hay que coordinar muchos ámbitos y herramientas: se trata de una
    continua actualización, pero respondiendo a tu pregunta, creo que con esfuerzo
    sí que llegaremos a tiempo.

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