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Cómo racionalizar el estrés

11/05/2015
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Comentábamos en un post anterior, que es prácticamente imposible desactivar un mecanismo de defensa reflejo como es el estrés, y que lo único que podíamos hacer al respecto es “reconducirlo”, es decir, de alguna manera “racionalizarlo”. Hablamos también de la clave de esa racionalización del estrés, es decir,  intentar convertir el estrés negativo en estrés positivo. La  realidad es, que el estrés no es fenómeno unidimensional, sino que tiene dos caras: el eustrés y el distrés.

El denominado estrés positivo es el eustrés. El eustrés nos ayuda a interpretar correctamente el mundo exterior y sus desafíos y por tanto a adaptarnos correctamente al mismo. Facilita la toma de decisiones, fomenta nuestra creatividad, nos da ese plus de agilidad física y mental que necesitamos a veces para alcanzar los objetivos que nos hemos fijado, ayudando además a hacer frente a los nuevos retos.

El otro, es el estrés negativo, es el distrés. El distrés conlleva un exceso de esfuerzo con respecto a la acción que se va realizar, nos bloquea mentalmente, reduce la creatividad, nos frustra, nos mantiene en un estado de alerta y crispación permanente a la espera de un enemigo que no termina de llegar. Esta situación mantenida a la larga, tiene serias consecuencias sobre el organismo y sobre nuestras capacidades.

Pues aquí llega lo realmente interesante del estrés: las respuestas fisiológicas del organismo tanto en el caso del eustrés (positivo) o como en el del distrés (negativo), son prácticamente las mismas, la línea divisoria entre uno y otro desde el punto de vista biológico es muy fina, imperceptible. Dicho de otra manera, y esto es lo curioso, el estrés a priori no es ni negativo ni positivo, es cómo nos lo tomemos, cómo lo racionalicemos, lo que decidirá si el estrés generado por el organismo es nocivo o no. De alguna manera y simplificando mucho, nosotros decidimos si el estrés generado nos sirve de ayuda o sirve para hacernos daño.

La perspectiva que adoptemos a la hora de afrontar el estrés, depende de diversos factores que influyen en la misma. Básicamente esos factores son:

  • Cómo percibimos la nueva situación: ¿es una carga o una oportunidad?
  • Puede que tengamos una respuesta aprendida, ¿he pasado por una situación similar y me provocó ansiedad o me provocó euforia?
  • El control de la situación, ¿podemos adoptar decisiones autónomas o dependemos de las decisiones de otros?
  • La duración del periodo de estrés ¿se puede descansar y bajar el nivel de estrés o no hay descanso hasta el final de la tarea y el nivel de estrés es alto permanentemente?
  • Nuestra personalidad y forma de pensar ¿soy una persona serena o soy proclive a la ansiedad?
  • Recompensas potenciales, ¿esta situación estresante me reportará algún beneficio o no me aportará nada?
  • El origen del estrés, ¿viene de una sola dirección o viene de varios ámbitos de mi vida a la vez?

En resumen, el estrés nos afecta a todos de manera diferente en función de nuestra personalidad y de nuestra capacidad individual para afrontar determinadas situaciones. Autoestima, confianza en uno mismo y en nuestras aptitudes, autocontrol, habilidades sociales y capacidad para racionalizar las situaciones que nos encontramos día a día son las claves para que el estrés negativo, no domine nuestra vida y se convierta en un serio problema de salud.

En las próximas semanas, seguiremos analizando en profundidad este fenómeno, veremos los factores estresores en el trabajo, cómo podemos desarrollar las acciones que nos ayuden a superarlo y a utilizarlo en nuestro beneficio, cuáles son las estrategias desde la empresa y a nivel individual qué debemos implantar y cómo podemos desactivar el nivel de estrés negativo, consiguiendo la relajación y el estado de normalidad y serenidad que nuestro organismo necesita.  En definitiva, cómo podemos combatir lo que será uno de los mayores problemas de salud del siglo XXI.

Categorizado en: Gestión Integrada

No hay comentarios

  1. Sonia Sandoval dice:

    Muchas gracias por su valioso aporte,el entender el origen y mecanismo del estres me ayuda a conocerme aún más,y saber como trabajarlo en bien para mi salud y mi paz.
    Muy agradecida,bendiciones en luz y amor para los que hicieron posible este Saber en mí.

    • Rogelio Delgado dice:

      Nos complace que te sea útil la informacion, te animo a visitar nuestra web y comprobar el catalogo de formaciones del sector en el que puedes encontrar alguna formación interesante para ti.
      Un saludo cordial.

  2. María Pérez Ramírez dice:

    Cuando lees algo al respecto de das cuenta que el estrés lo provocamos nosotros mismos, pero no te das cuenta de ello mientras está sucediendo, debemos y tenemos que parar a pensar cuando nos suceda una situación de estrés parar e intentar controlarlo.

    • Rogelio Delgado dice:

      Gracias por tu aportación, espero que nuestros artículos sean de tu interés y te animo a seguir leyendo nuestros contenidos.
      Un saludo cordial.

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