¿Qué está ocurriendo con el impuesto a las energéticas?
Se trata de un asunto que forma parte de un debate fiscal y político significativo. Este impuesto extraordinario, aplicado en 2023, grava con un 1,2% la facturación de las empresas energéticas que generan más de 1.000 millones de euros al año, excluyendo actividades reguladas y las que se realizan fuera del territorio peninsular.
El Ministerio de Hacienda defiende este impuesto ante las cifras récord de beneficios de estas empresas para contribuir a la mejora de los servicios públicos. Entre Iberdrola, Repsol, Endesa y Naturgy, las grandes empresas energéticas más cotizadas del país, consiguieron un beneficio conjunto de 10.247 millones de euros de enero a septiembre de 2024.
Para los partidos políticos ERC, Podemos, BNG y EH Bildu, era una línea roja en las negociaciones y han conseguido el compromiso del Ministerio de Hacienda para alargarlo mediante una proposición de ley o un real decreto antes de que termine 2024. El siguiente paso es el nuevo diseño del impuesto, que tendrá que incluir bonificaciones para empresas que inviertan en la transición ecológica.
El departamento de Hacienda pretende prorrogar el impuesto. Para Oxfam Intermón, una organización activa en la lucha por la justicia fiscal, preocupa que el nuevo diseño del impuesto se quede en un simple esbozo “sin impacto sustancial”.
¿Cómo se resolvieron las negociaciones para prorrogar el impuesto?
El Gobierno aprobó el paquete fiscal como paso previo a los Presupuestos Generales del Estado 2025, con 177 votos a favor de los diputados del PSOE, PNV, Junts, ERC, Podemos, BNG, Sumar, y EH Bildu, frente al rechazo de UPN, VOX y PP. Esta votación fue el resultado de una larga negociación entre los partidos del bloque de izquierdas.
Los mensajes de Podemos, EH Bildu, BNG y ERC fueron claros: no habría apoyo a ninguna medida fiscal si el impuesto a las energéticas no salía adelante. Este movimiento responde tanto a la presión parlamentaria como a la necesidad de cumplir con las directivas europeas sobre fiscalidad y financiación sostenible. Además, el Ejecutivo ha anunciado deducciones para incentivar inversiones estratégicas en el sector energético.
¿Cuál era el diseño del impuesto a las energéticas hasta ahora?
Durante 2022, 2023 y 2024, el impuesto afectaba a las operadoras principales, según la normativa reguladora de los mercados y la competencia. Aplicaba a empresas que producen crudo petróleo, gas natural, minería de carbón o el refino de petróleo en España, siempre que generaran al menos un 75% de su negocio a partir de estas actividades. Las exentas eran aquellas con ingresos netos inferiores a 1.000 millones de euros en 2019.
En 2023, tras un acuerdo con el PNV, se incorporó un incentivo para las energéticas obligadas al pago, relacionado con inversiones estratégicas para la transición ecológica. Sin embargo, esta condición no se concretó porque no se aprobaron los Presupuestos 2024.
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