En pocos días, se cumple un año del desgraciado incidente frente a las costas gallegas y portuguesas. Se produjo el vertido masivo de pellets, pequeñas piezas de plástico utilizadas en la fabricación de diversos productos. Este suceso generó alarmas tanto a nivel local como internacional debido a sus graves repercusiones en el ecosistema marino y las comunidades costeras.
Origen del vertido
El 8 de diciembre, el buque Toconao da el aviso de que se han perdido seis contenedores de mercancías no peligrosas a 80 km de Viana do Castelo. El aviso se da para advertir de la presencia de estos contenedores y evitar riesgos para la navegación.
Cinco días después se empiezan a encontrar los primeros pellets en playas gallegas y siguen apareciendo durante un mes en toda la costa de Galicia, Asturias y Cantabria, mientras autoridades y voluntarios intentan coordinarse para limpiar las platas de estos plásticos.
Impacto ambiental
Al menos hasta la fecha, los péllets de plástico no están incluidos como mercancía peligrosa de la Organización Marítima Internacional. Es por esto, que al principio el aviso que se dio fue relativo a la seguridad marítima y no a la peligrosidad del vertido.
Pero se sabe que el vertido de pellets tiene un impacto devastador en el medio ambiente marino. Estos diminutos fragmentos de plástico son fácilmente ingeridos por la vida marina, desde peces hasta aves marinas, lo que puede provocar asfixia, obstrucción intestinal y otros problemas graves. Además, los pellets pueden adsorber y transportar contaminantes químicos, lo que aumenta aún más los riesgos para la fauna marina y la salud humana.
La contaminación por pellets también afecta a los ecosistemas costeros, incluyendo playas y zonas de manglares, donde estos fragmentos pueden acumularse y causar daños a largo plazo en la biodiversidad y la calidad del agua.
Impacto en la salud
Podemos intuir que el hecho de que haya un vertido de plásticos en el océano no puede ser en ningún caso inocuo. No obstante, la divulgadora Deborah García Bello trata de poner la información en perspectiva.
Los pellets son bolas de polietileno, que no es un material tóxico en sí mismo, pero sí podrían llevar algún aditivo que sí lo fuera. El mayor problema es que pueden entrar a la cadena trófica a partir del pescado que consumimos.
Respuesta de emergencia
Ante la gravedad del vertido, las autoridades españolas y las organizaciones ambientales desplegaron una respuesta de emergencia para mitigar sus efectos y limpiar las áreas afectadas. Se han movilizado equipos de limpieza especializados para recoger los pellets de las playas y aguas costeras, además de implementar medidas de contención para evitar que se extienda aún más la contaminación.
Con la desactivación del plan de respuesta ante contaminación marina, conocido como Camgal, el Gobierno gallego ha hecho balance: se han recogido 5 toneladas de pellets y el desembolso para el dispositivo de limpieza de la administración autonómica ha sido de 2,4 millones de euros.
Además de las labores de limpieza, se llevó a cabo esfuerzos para monitorear el impacto ambiental a largo plazo del vertido, así como para identificar y responsabilizar a los culpables de este incidente. Las investigaciones en curso buscaron mejorar la regulación y el control de la industria de los plásticos para prevenir futuros vertidos de pellets y otros contaminantes.
Reducir el uso de plásticos: la única vía para minimizar estos desastres
El vertido de pellets en la costa de España nos recuerda de manera contundente los riesgos asociados con la contaminación por plásticos y la fragilidad de nuestros ecosistemas marinos. Este incidente, originado por un accidente marítimo, ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de abordar el consumo excesivo de plásticos y sus impactos ambientales.
Es esencial reconocer que accidentes como este pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier parte del mundo. Sin embargo, debemos aprender de estas experiencias y trabajar hacia un futuro más sostenible. La reducción del consumo de plásticos, especialmente los de un solo uso, es fundamental para mitigar los impactos negativos en nuestros océanos y la vida marina.
Cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en esta lucha. Al reducir nuestro consumo de plásticos, rechazar los productos desechables y optar por alternativas más sostenibles, podemos contribuir significativamente a la protección del medio ambiente marino y la preservación de la biodiversidad
En última instancia, solo a través de un esfuerzo conjunto, que involucre a gobiernos, empresas y ciudadanos, podemos lograr un cambio significativo hacia un mundo donde los accidentes como el vertido de pellets sean menos frecuentes y donde nuestros océanos y costas estén libres de contaminación plástica. Es hora de actuar con determinación para construir un futuro más limpio y saludable para las generaciones presentes y futuras. Te dejamos nuestro Máster en Gestión y Sostenibilidad Ambiental para que profundices más sobre este tema.
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