Cuando entras en una web y todo está donde esperas, no es casualidad. Detrás hay una intención clara y un trabajo de maquetación que convierte el diseño en algo funcional.
Si este trabajo de maquetación se hace bien, apenas se percibe pero si ocurre lo contrario y falla, el usuario lo notará enseguida y la experiencia se volverá negativa.
Teniendo en cuenta la importancia de las páginas web para las empresas en economía digital, la maquetación web es crucial para garantizar el éxito de un negocio.
¿Qué es la maquetación web?
Es el proceso de construir cómo se verá una página en un navegador. El maquetador parte de un diseño gráfico y lo convierte en código, aunque no solo eso. También debe ordenar todas los elementos de manera que se adapten a distintas pantallas y favorecer la interacción del usuario con lo que ve.
Para eso se utilizan lenguajes como HTML y CSS, que permiten dar estrucutra y estilo. También se usa JavaScript, cuando hay elementos que requieren algo más de interacción. El resultado debe ser una web bonita pero que también responda bien.
Elementos de la maquetación web
Aunque cada proyecto tiene su diseño, hay piezas que se repiten, entre otras cosas porque el usuario ya espera encontrar.
Veamos las más comunes:
- Cabecera (header): será lo primero que vea el usuario. Aquí suele ir el logo, el menú, y a menudo enlaces importantes o alguna sección que se quiera destacar.
- Contenido principal (main): es la parte más importante de la web y donde se colocan los productos, las entradas de blogs, etc. Todo lo que el usuario viene a buscar debe estar bien colocado en esta zona.
- Secciones (section): ayudan a dividir el contenido en bloques que se pueden distinguir de un simple vistazo. Por ejemplo, una parte para explicar qué haces, otra con testimonios y otra con preguntas frecuentes.
- Barra lateral (sidebar): cuando necesitas añadir algo sin interferir en el contenido principal. En blogs, por ejemplo, suelen ser espacios para artículos relacionados, suscripciones o categorías. En dispositivo móvil, a veces desaparecen o se reorganizan.
- Pie de página (footer): es un elemento importante ya que en la mayoría de los casos es donde se colocan las condiciones legales, el contacto o las redes. Aquí también suele ir código técnico que no debe molestar al resto del diseño.
- Navegación (nav): define los bloques de navegación. Es una etiqueta que ayuda a que todo esté más claro, tanto para las usuarios como para quien usa lectores de pantalla. En definitiva, mejora la accesibilidad y estructura semántica.
- Artículos (article): esta etiqueta es útil para bloques de contenido que tienen sentido por sí solos, es decir que no dependen del resto de la página para ser comprendidos.
- Imágenes con contexto (figura y figcaption): si la imagen necesita una explicación o forma parte de un contenido más amplio, se crea su propio espacio y su pie. Esto también mejora la accesibilidad.

Tipos de maquetación web
Cuando se empieza a construir una página, una de las decisiones tiene que ver con cómo se van a distribuir los elementos, es decir el maquetado de una página web. Hay diferentes formas de hacerlo, y aunque hoy todo tiende a ser adaptable, la estructura base sigue siendo fundamental para que el sitio funcione bien.
Aquí tienes los enfoques más usados, explicados como lo haría un profesional que se enfrenta a ellos a diario.
Maquetación en bloque
Es la forma más básica de organizar el contenido ya que cada elemento ocupa todo el ancho disponible y se coloca uno debajo de otro. En móvil, funciona bien porque aprovecha el espacio vertical, que es justo lo que más se usa al navegar desde el teléfono. Es ideal para páginas simples o con poca información. Como ves, los elementos están uno debajo del otro, en flujo natural. No hay uso de rejillas ni columnas
Maquetación con rejillas (Grid)
Este enfoque permite dividir la pantalla en filas y columnas, y colocar cada bloque exactamente donde debe ir. Se suele utilizar en páginas con mucha información visual como portadas, catálogos, zonas con múltiples tarjetas o contenidos paralelos. Lo mejor del Grid es que puedes definir el orden, el tamaño y la relación entre los elementos sin tener que cambiar el HTML, lo que da margen para ajustar el diseño.
Maquetación con Flexbox
Flexbox, o Flexible Box Layout, fue pensado para alinear y distribuir elementos cuando el espacio es más reducido o cambia según el contenido. Se usa mucho en menús horizontales, listados de productos o tarjetas que deben repartirse el ancho de forma equilibrada. También es práctico cuando hay elementos que tienen que centrarse vertical u horizontalmente, sin escribir líneas de código innecesarias.
Enfoque híbrido: lo que se hace hoy
La mayoría de sitios actuales combinan Grid y Flexbox según convenga. Como hemos comentado, Grid organiza la estructura general de la página y Flexbox afina el comportamiento de los elementos dentro de cada zona. Así, esta mezcla permite adaptar bien el diseño a distintos dispositivos, sin romper la lógica.
Diseño responsive
Una cosa es cómo se maquetan los elementos, y otra cómo se comportan en pantallas diferentes. Un diseño responsive adapta la estructura y el estilo de la web según el tamaño del dispositivo, sin perder el orden ni la funcionalidad. Se construye usando media queries y una combinación de técnicas como Grid y Flexbox. Por ejemplo, en una pantalla grande los elementos pueden mostrarse en tres columnas, y en móvil, reordenarse en una sola.
Uso de frameworks
Herramientas como Bootstrap o Tailwind ofrecen estructuras ya pensadas para que el trabajo se pueda hacer más rápidamente. Y, aunque no son imprescindibles, son de gran ayuda cuando se trabaja con poco tiempo o en proyectos grandes donde hay que mantener una misma línea visual entre varios desarrolladores.
Lee más sobre: Los 5 métodos para incluir css en html que deberías conocer
Cómo maquetar un sitio web
Primero viene la planificación: En primer lugar hay que pensar para qué sirve el sitio, a quién va dirigido, qué se espera que el usuario haga en la web y cómo debería recorrerla. Actualmente, existen múltiples herramientas de wireframing, incluso gratuitas, que te ayudan a visualizar la página antes de ponerte a maquetar. También es buen momento para decidir si vas a trabajar desde cero o con algún sistema ya montado (CMS, framework o plantilla editable).
Después, la estructura y es aquí es donde se trabaja con HTML. La idea es que el contenido tenga sentido incluso sin estilos, a través de secciones bien marcadas. Usar etiquetas semánticas no es solo una recomendación para desarrolladores sino que mejora la accesibilidad, el posicionamiento y el mantenimiento a futuro.
Una vez está montada la base, toca diseñar con CSS. Aquí se definen márgenes, tipografías, jerarquías visuales y comportamientos en distintos dispositivos. Lo ideal es trabajar con clases reutilizables, mantener un estilo coherente y evitar complicaciones innecesarias.
Si hace falta interacción, entonces es el momento de añadir algo de JavaScritp. Por ejemplo, pequeñas animaciones, menús desplegables o formularios dinámicos. Ten en cuenta que no hay que sobrecargar el sitio, así que incluye únicamente lo que creas que es funcional.
Y al final, siempre probar. Ábrelo en varios dispositivos, revisa que no se rompe en pantallas pequeñas, valida el HTML y CSS con herramientas como V3C Validator y comprueba que todo carga con rapidez.
¿Qué herramientas se utilizan?
La mayoría ya las hemos citado, HTML para dar forma y CSS para aplicar estilo. A partir de ahí, se suman herramientas que te pueden facilitar el trabajo. Es el caso de frameworks como Bootstrap o Tailwind, los cuales permiten avanzar más rápido sin tener que escribir todo desde cero. También es habitual trabjar con SASS, que ayuda a escribir CSS más organizado y fácil de mantener.
Otras herramientas que utilizan los profesionales que se dedican a esto, son editores como Visual Studio Code y Git, en proyectos donde hay más de una persona.
¿En qué influye en el SEO?
En este sentido, no es suficiente con que la página se vea bien si está mal construida por dentro. El posicionamiento puede verse afectado, de manera que una buena maquetación facilitará que los buscadores entiendan mejor el contenido y, eso, al final, se traduce en una mayor visibilidad.
Las etiquetas HTML tienen un papel importante. Usar correctamente estructuras como <header>, <main>, <section>, <h1>, <h2>… ayuda a jerarquizar el contenido, tanto para los motores de búsqueda como para los usuarios.
El perfil del maquetador web
Quien se dedica a maquetar necesita dominar el código, pero también tener sensibilidad por el diseño puesto que el maquetador web debe tomar decisiones pequeñas que afectan al resultado final.
Por tanto, debe saber leer un diseño con ojos técnicos, prever cómo se va a comportar en distintos entornos y asegurarse de que se mantiene la consistencia cuando algo cambia. Amenudo trabaja en contacto con diseñadores, desarrolladores, creadores de contenido, por eso también debe tener capacidad para comunicar y resolver.
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