Entre las primeras medidas que ha adoptado la administración Trump, se encuentran políticas de carácter migratorio o relacionadas con el cambio climático. Durante las últimas horas, el 47º presidente de de Estados Unidos ha anunciado aranceles generalizados a la importación aunque sin concretar aún lo que ello implica.
Aprovechando el nuevo anuncio, en este artículo profundizaremos sobre los aranceles abordando qué son y qué papel juegan en el complejo tablero de la economía internacional.
¿Qué son los aranceles?
En primer lugar, vamos a concretar qué entendemos por aranceles. Son tributos que actúan como una herramienta económica al servicio de los gobiernos como una forma de regular la economía de un país. Más concretamente, se trata de un impuesto que se aplica sobre las mercancías, una vez cruzan la frontera.
Es probable que también encuentres la definición de aranceles como los derechos de aduana aplicados a las importaciones de mercancías pero, en cualquier caso, hace referencia a los impuestos o tarifas que un país impone a los productos que importa o exporta.
¿Para qué se usan los arenceles?
Su objetivo es claro, recaudar. Los aranceles tienen un afán claramente recaudatorio. Podríamos decir que este es su principal propósito, aunque no el único ya que en función de la modalidad del arancel se persiguen otras finalidades. En esencia, existen dos modalidades principales: el arancel fiscal cuyo objetivo es, precisamente, el de obtener ingresos para el Estado; y el arancel proteccionista a través del cual se protege la producción nacional frente a la competencia extranjera.
No obstante, existen otro tipo de aranceles, por ejemplo, el arancel antidumping. Si te preguntas en qué consiste este arancel, se puede resumir en la aplicación de un impuesto que grava una mercancía cuando se detecta que un país exporta productos a precios artificialmente bajos, como estrategia para desplazar a la competencia local. De esta forma, se busca equilibrar las condiciones de competencia y evitar este tipo de prácticas desleales.
Otro ejemplo podría ser el arancel compensatorio, también llamado arancel antisubsidios, el cual se aplica cuando un país constata que los productos que importa están recibiendo ayudas estatales con la reducción en los costos de producción que ello implica. Esto puede afectar a su industria local, por lo que una posibilidad para equilibrar el mercado sería recurrir a este tipo de arancel.
Para acabar de ilustrar el uso que tienen los arenceles, vamos a hacer referencia a un arancel que quizá ya hayas escuchado dada la actualidad del tema, el arancel ecológico o ambiental. En este caso, se utiliza como medida para gravar a los productos que tienen un impacto ambiental negativo como vía para fomentar el consumo de alternativas sostenibles.
¿Qué tipos de aranceles existen?
Atendiendo a la forma de cálculo, podemos determinar los siguientes tipos de aranceles de importación, concretamente: ad-valorem, arancel específico, arancel mixto.
Ad-Valorem.
También denominado como «según su valor«, es el arancel más común cuyo funcionamiento consta en aplicar un porcentaje sobre el valor de la mercancía. Por ejemplo, un arancel del 10% sobre un automóvil valorado en 20.000 euros, significaría un pago de 2.000 euros de arancel.
¿Puntos fuertes? es progresivo, de manera que cuanto más alto sea el precio del producto mayor será la recaudación independientemente de las dimensiones o peso de los productos. Por contrapartida, la valoración aduanera pude ser complicada y subjetiva.
Arancel específico.
En este caso el arancel está supeditado a la unidad física, peso neto, etc, de los productos sin importar su valor. En este caso, se tendrían que abonar 5 euros por cada kilogramo de café. Las ventajas de este arancel, al contrario del anterior, es que es fácil de aplicar y calcular sin embargo, tiene una desventaja sustancial y es que no tiene en cuenta las variaciones de precios del mercado.
Arancel mixto.
Como su nombre indica, se trata de una combinación de los dos anteriores, aranceles Ad-Valores y Específico, de manera que se aplica un arancel fijo sobre el valor del producto más una cantidad determinada por unidad. Por ejemplo, un arancel del 5% sobre el valor del producto, más 2 euros por unidad. Se caracteriza por ser más flexible a la hora de equilibrar la protección de precios y volumen aunque su cálculo puede ser más complejo.
Ejemplo de arancel: caso hipotético en la industria textil
Para entender de mejor manera todo lo que hemos explicado hasta el momento, consideremos un ejemplo. Pensemos en un país con una fuerte tradición en la industria textil el cual comienza a enfrentar una avalancha de importaciones de prendas procedentes del extranjero e imaginemos que estos precios son considerablemente más bajos ya que los costes de producción son más reducidos en los países exportadores.
Pues bien, para hacer frente a esta situación, el gobierno de turno decide aplicar un arancel proteccionista del 25% a la ropa importada, o dicho de otro modo, las prendas extranjeras serán más caras, lo que puede dar un respiro a los productores locales y ayudarles a seguir en pie, mientras se siguen ofreciendo productos de calidad y se genera empleo en el sector.
Con este tipo de medidas se busca, principalmente, mantener el equilibrio en la economía asegurando que las empresas locales no se vean desplazadas por productos que, en muchos casos, se fabrican con costos mucho más bajos, ya sea por condiciones laborales diferentes o por subvenciones en sus países de origen.
Pero claro, no todo es tan sencillo. Imponer un arancel también puede acarrear desafíos: otros países podrían responder con sus propias barreras comerciales, lo que afectaría a su vez a la exportación de nuestros productos. Aún así, para muchos, proteger el empleo y la estabilidad de un sector es una prioridad.
Como reflexión final, cuando hablamos de aranceles imaginamos políticas MACRO muy alejadas realmente de nuestra realidad diaria, sin embargo, ocurre todo lo contrario, vemos que tienen un efecto inmediato en la economía local involucrando a los pequeños y medianos negocios.
¿Cómo afectan los aranceles al consumidor?
Como decimos, los aranceles tienen consecuencias, tanto a nivel de producción industrial como en lo que respecta al consumidor final.
Pero, ¿en qué se traduce esto? Vayamos por partes. En primer lugar, la industria nacional puede verse afectada ya que al reducirse la competencia, se puede volver menos eficiente y competitiva.
En segundo lugar, el consumidor puede verse impactado, y mucho. Los precios suben y suben y son los consumidores quienes al final asumen este sobre coste. Esta situación puede generar un desincentivo en el consumo a lo que habría que sumar una predisposición «impuesta» para elegir el producto nacional que no tiene por qué ser ni mucho menos la mejor opción.
Los aranceles forman parte de la dinámica habitual en la economía global y comercio internacional, un sector complejo pero lleno de oportunidades laborales. Si quieres obtener un conocimiento experto no dejes de consultar el Máster en Comercio Internacional y Logística de INESEM con el que te dirigirás hacia el éxito profesional especializándote en esferas como el comercio exterior, gestión logística y e-commerce.
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