El derecho al trabajo queda restringido a unos pocos, casi siempre “apadrinados”, por lo menos en territorio español. Y es por esto que la gran mayoría de los jóvenes (y no tan jóvenes) contribuye con esta masiva fuga de talentos que contemplamos atónitos. Una de mis grandes dudas es la siguiente: si no se apuesta por políticas de creación de empleo, y la educación cada vez está más lejos de la gran mayoría, ¿qué pretenden que hagamos?
Uno se lo piensa, y, aunque pueda resultar un comportamiento egoísta, se plantea dejar en la cuneta al país que le vio crecer, un país repleto de pícaros que tiene por imperativo categórico el “sálvese quien pueda”.
Mediante este medio te hemos dado la oportunidad de conocer herramientas que te pueden facilitar la movilidad internacional y buscar trabajo en el extranjero(véase la Red Eures), o simplemente te hemos informado sobre la situación de los principales países de destino de los españoles emigrantes y las facilidades que pueden presentar para encontrar un empleo. Hoy, con esta entrada, te facilitamos más información que debes conocer a la hora de iniciar una aventura de esta envergadura. ¡Presta atención!
¿Qué destino elegir?
Europa es la gran favorita, pues contamos con muchas ventajas por el hecho de ser miembros de la comunidad europea (supresión de fronteras, compartimos moneda comunitaria, reconocimiento estandarizado de titulaciones académicas, política y economía comunitaria, etc.). Sin embargo, aunque el abanico de posibilidades es muy amplio, tenemos que ser conscientes de que el idioma marcará nuestra elección. El dominio de la lengua materna del país de destino será un valor siempre en alza, aunque solo el inglés te permite trabajar en medio mundo (aunque no sea la lengua oficial de muchos países), dada su universalidad. Si no conoces ningún idioma, ni deseas aprenderlo, sin duda tu destino es Latinoamérica.
Internet es tu gran aliado
Intenta encontrar ofertas de empleo antes de partir a través de la web. Siempre cabe la posibilidad de comprar un billete de avión y probar suerte una vez en el país de destino, pero la inversión será mucho más costosa, y mayor la frustración en caso de que fracasemos. Existen portales en internet que te permiten conocer la cultura del país de destino, cuáles son sus empresas y qué tipo de negocios las vinculan con el mercado español. Os recomiendo echar un vistazo a Enviroo y a Mundospanish.
Una vez seleccionado el país de destino y recopilada la información sobre las ofertas de ese país, o de otro (tratemos de elegir varios destinos posibles como alternativas), es hora de promocionarnos y contactar con las empresas que hayamos conocido. Nos pondremos en contacto con ellas, y les haremos llegar nuestro currículum vitae, con su correspondiente carta de presentación (puedes consultar nuestras publicaciones sobre currículum y sobre carta de presentación en este mismo canal). Recopilaremos información sobre el tipo de currículum que se estila en el país de destino, aunque siempre podremos ceñirnos al formato europeo “Europass”.
¿Todo listo? Cosas que no puedes olvidar
Antes de salir debes revisar la documentación que necesitas tener al día. Comprobaremos que nuestro DNI y nuestro pasaporte estén en vigor, y procederemos a la creación de la Tarjeta Sanitaria Europea (en caso de que nuestro destino sea Europa). Revisaremos la fecha de caducidad de nuestro carné de conducir, y nos aseguraremos de que sea válido en el país de destino (lo será siempre que el destino sea un país miembro de la Unión Europea). Además, llevaremos con nosotros nuestro certificado de nacimiento y fotografías de tamaño carné (actualizadas), pues podríamos necesitarlas para iniciar los primeros trámites en el país de destino.
Si el país de destino no pertenece a la Unión Europea, recomiendo encarecidamente que os informéis al detalle de las vacunas que podríais necesitar. Podéis consultarlo a través del portal del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Por último, una vez que llegues al país de destino, si tu estancia supera los 3 meses es muy probable que te exijan que obtengas un permiso de estancia, el cual se tramita generalmente en Ayuntamientos o en Comisarías de Policía. Aunque no pueden expulsarte por no tenerlo (siempre que se trate de un país miembro de la Unión Europea), sí que podrían sancionarte administrativamente mediante una multa. Si tu estancia es permanente, debes inscribirte en el Registro de Matrícula Consular de la Embajada Española del país de destino.
Puesto que nos vamos a cientos de kilómetros de casa, recomiendo dejarlo todo bien atado, cuidar cada detalle. Se trata, ni más ni menos, del comienzo de una nueva vida. Solo puedo desearos lo mejor, y valorar vuestra valentía.
¡Suerte, valientes!