¿Por qué trabajamos así?
Porque así se ha hecho desde que empezamos a trabajar en esta empresa
¿Por qué no cambiamos paulatinamente nuestros fallos?
Porque no hay tiempo para cambiarlos, se solucionará cuando alguien se queje
¿Se puede seguir funcionando así?
Claro que sí. Hasta ahora no nos ha ido nada mal
Si alguna vez has contestado de esa forma a preguntas del estilo, ten cuidado, has entrado en la zona “Aquí las cosas se hace así” y te has dejado involucrar por la influencia organizacional. Antes de entrar a describir esta temible zona, voy a hacer mención a una historia publicada por primera vez por Michael Michalko, que basándose en varios experimentos psicológicos realizados en animales, originó una fábula que lleva años circulando en la red.
La influencia organizacional en los monos
“Un grupo de científicos encerraron a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando uno de los monos subía la escalera para coger los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo. Al cabo del tiempo, los primates aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo apaleaban.
Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos. Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo. Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo. Un tercero fue cambiado, y así hasta sustituir a todos lo monos. Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos. Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, probablemente su respuesta sería: No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así”.
Influencia organizacional en el trabajo
Dar por establecidos una serie de procesos, de formas de trabajo, de sistemas inertes que obstaculizan la evolución y progreso de las empresas no es nada recomendable, ya que habremos caído en la influencia organizacional negativa. Pero si además, lo hacemos de forma que el sistema absorba cualquier amago o intento de cambio, entonces hemos sucumbido al fracaso.
Normalmente, son las nuevas incorporaciones las que más cuestionan los cánones establecidos, y en muchos casos, ese incesante eco de ¿por qué? se puede tomar como una ofensa – “qué tendrá que decir el último mono en llegar”– o como una muestra de falta de adaptación al nuevo puesto, cuando en realidad supone una oportunidad perfecta para recoger aportaciones desde una visión que no esté viciada por el sistema y el razonamiento vigente en la empresa.
Esa misma visión es también fuente de inspiración, innovación y aceleradora de proyectos, aunque no es el tema que hoy vamos a tratar. Por el momento, podríamos simplemente comprometernos a abandonar la zona de “Esto es así y punto”.
“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué tenemos que hacer.”
Steve Jobs