Las perspectivas económicas para España en 2026 parten de dos realidades distintas. Por un lado, 2025 termina con datos positivos: la economía ha crecido con fuerza, la inflación se ha moderado y el mercado laboral sigue siendo relativamente sólido.
Por otro lado, España comienza 2026 con problemas estructurales que dificultan que esa mejora económica se note por igual en todos los hogares. De hecho, una de las quejas que mayoritariamente los ciudadanos tienen con el Gobierno es el hecho de no saber trasladar los éxitos macroeconómicos a la economía doméstica.
¿Cómo cerró la economía española en 2025?
En 2025, la economía española creció más que la media de la Unión Europea. La mayoría de los análisis coinciden en que el PIB aumentó alrededor del 2,8–2,9% durante el año. Este crecimiento se debió principalmente al consumo y la inversión dentro del país, y también a un mejor comportamiento de las exportaciones de lo que se esperaba. Los datos del INE muestran que la economía avanzó de forma constante a lo largo del año, apoyada sobre todo en la demanda interna.

Nota. Elaboración propia a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Contabilidad Nacional Trimestral de España.
La inflación bajó respecto a los niveles altos de años anteriores. A finales de noviembre de 2025, el IPC se situó cerca del 3%, mientras que la inflación subyacente rondó el 2,6%. Aunque los precios siguen presionando el coste de la vida, el proceso de bajada es gradual. En este contexto, el Banco Central Europeo mantiene una política de tipos más estable, lo que reduce el riesgo de nuevas subidas fuertes en 2026.
Situación de las familias a finales de 2025
Para los hogares, 2025 tuvo luces y sombras. El empleo se comportó de forma positiva: se creó trabajo y mejoró en parte la estabilidad laboral. Sin embargo, la inflación todavía elevada y el aumento del coste de algunos gastos clave —como la vivienda, el alquiler o la energía en determinados momentos— redujeron el poder adquisitivo, sobre todo en familias con ingresos bajos y medios.
El resultado fue desigual. Muchas personas vieron subir su salario nominal o mejorar su situación laboral, pero no todas pudieron ahorrar más. Los hogares con hipotecas variables o alquileres en zonas caras notaron más presión en su presupuesto, mientras que quienes tienen contratos estables o subidas salariales pactadas pudieron mantener mejor su nivel de consumo. Esta diferencia explica por qué la percepción de la recuperación no es la misma para todos los hogares.
Perspectivas económicas para 2026 según distintos análisis
La Comisión Europea prevé que en 2026 el crecimiento se modere respecto a 2025. La economía seguiría creciendo, pero a un ritmo menor, mientras que la inflación se acercaría al 2% si continúa la tendencia actual. Según Bruselas, el crecimiento dependerá sobre todo del consumo interno, y los principales riesgos están ligados al empleo, la política fiscal y el contexto internacional.
Por su parte, BBVA Research mantiene una visión positiva, aunque más prudente. Estima un crecimiento, pero con una tasa algo menor en 2026, alrededor del 2,3–2, 4%. Destaca que será importante avanzar en reformas para mejorar la productividad a medio plazo. CaixaBank Research coincide en estas previsiones y subraya que el impacto no será igual en todo el país: el turismo y los servicios seguirán impulsando la economía, mientras que la industria afronta más dificultades por la debilidad de la demanda exterior. En general, estas instituciones creen que cualquier desaceleración será gradual.
Diferencias entre los datos generales y la realidad diaria
Uno de los principales retos en 2026 será la diferencia entre los grandes datos económicos y la situación real de familias y pequeñas empresas.
- Los promedios esconden diferencias: la economía puede crecer mientras muchos hogares siguen con ingresos estancados o gastos al alza, debido a desigualdades regionales y laborales.
- Ahorro y deuda: aunque los datos generales mejoren, algunos hogares siguen muy endeudados y son más vulnerables a cambios en los tipos de interés.
- Pymes frente a grandes empresas: el aumento de la inversión puede venir sobre todo de grandes compañías, mientras que muchas pequeñas empresas tienen problemas de financiación, costes o digitalización.
- Políticas públicas: unos buenos datos macro no eliminan la necesidad de ayudas dirigidas a los hogares más afectados, especialmente si el crecimiento es moderado.
Perspectivas económicas del resto de Europa
En 2026, las perspectivas económicas del resto de Europa serán moderadas. El crecimiento será bajo pero estable. Países como Alemania, Francia e Italia avanzarán lentamente. La industria seguirá débil en algunos sectores. El consumo crecerá poco por el alto coste de la vida. La inflación estará más controlada que en años anteriores. El empleo será estable y el paro, en general, más bajo que en España. Sin embargo, el envejecimiento de la población limitará el crecimiento a largo plazo. La inversión será prudente y el gasto público estará más controlado.
Comparada con este contexto, España tendrá un crecimiento mayor y su economía será más dinámica. El consumo interno y el turismo impulsarán la actividad. El empleo crecerá más rápido, aunque el paro seguirá siendo más alto. España será más sensible a cambios externos, mientras que el resto de Europa será más estable, pero crecerá menos.