En una publicación anterior ya aclaramos qué era la neuroarquitectura, sus principios básicos. En esta ocasión queremos profundizar más en esta técnica emergente. El uso de la neuroarquitectura en los diseños está cada vez más en auge.
Podemos enfocar la neuroarquitectura a diferentes áreas generando así diversas oportunidades de trabajo. Nos podemos especializar como son:
- Diseño de interiores en viviendas
- Espacios educativos
- Espacios y ambientes de trabajo o teletrabajo
- Movilidad y circulaciones en edificios o entornos urbanos
- Mobiliario
El arquitecto o diseñador puede y debe satisfacer las necesidades neurológicas de sus usuarios. Debemos de tener en cuenta que la población que vive en la ciudad pasa entre el 80% al 90% de su tiempo en espacios cerrados.
En España esta disciplina está empezando a revolucionar la forma de diseñar. Con poca inversión y bastante ingenio se pueden conseguir espacios que generen en los usuarios diversas sensaciones. Esta forma de hacer arquitectura hace que podamos profundizar en el estado mental de los usuarios. Debemos determinar pautas de diseño que sean más adecuadas sin que sean conscientes los usuarios.
En una vivienda, por ejemplo, una de las mejoras podría ser mejorar el descanso o rendir más en espacios de trabajo o estudio. Por este motivo si una vivienda tiene muchas de sus variables de diseño mal configuradas quien vive ahí, de forma inconsciente, tiene consecuencias para su salud mental. Hay que tener en cuenta que estos síntomas van a ser leves, pero a lo largo del tiempo esto va a tener impacto en su vida. Esto puede influir tanto en la calidad como en la esperanza de vida.
https://vandba.com/
En la imagen podemos ver un ejemplo del estudio de arquitectura y diseño VandBA, se trata de una vivienda de 50m2, de dos plantas que estaban bastante deterioradas, envejecidas, con humedades e instalaciones mal ejecutadas y antiguas. La vivienda no cumplía con las condiciones mínimas de habitabilidad. Había demasiada compartimentación de las habitaciones, lo que generaba espacios pequeños y poco prácticos. A todo esto, hay que sumarle que los recursos económicos eran bastante limitados.
Para solventar esta situación se eliminaron algunos tabiques divisorios, ampliando espacios y buscando siempre la luz natural. El uso de materiales neutros y naturales favorecieron la calidez de los espacios y la amplitud. Buscar espacios de almacenamiento para que todo tenga su lugar y de esa sensación de orden y limpieza, evitando elementos accesorios. Con todos estos elementos se consiguió un espacio de calidad no solo arquitectónicamente sino también un espacio que genera armonía mental.
En una edificación que se apliquen conceptos de neuroarquitectura puede que no se ve a simple vista, seguro se siente. Por este motivo el diseñador o arquitecto debe de iniciar sus diseños conociendo previamente a su cliente (edad, gustos, experiencias, cultura, …) para poder aplicar los conocimientos de neuroarquitectura y que respondan tanto al diseño de los espacios como a la adecuación y resolución de las necesidades que el cliente le plantee.
La neuroarquitectura pretende que hagamos un diseño sensorial que el usuario sienta la naturaleza, el contacto con ella a través de ventanas. Que la luz natural regule el reloj biológico y que no tengamos constantemente el mismo tipo de luz. También son importantes los olores, el sistema de renovación de aire, los aromas que generan recuerdos, las texturas o los materiales. Otro aspecto a tener en cuenta es el ruido, es importante minimizar sonidos y ruidos de baja y alta frecuencia, como por ejemplo ascensores, tráfico, pasillos, … porque activan nuestros sistemas de defensa inconscientemente y nos distraen e impiden relajarnos.
Actualmente en España la neuroarquitectura es la gran ignota y escasas veces se aplica en los proyectos. Sin embargo, en la Universidad de San Diego de EEUU incluye esta disciplina entre sus asignaturas.
En España lo que más se aplica es la neuroarquitectura basada en la literatura científica, la que trata sobre diseño emocional. Este tipo de ciencia aplicada al proyecto no tiene costes extra para el promotor, es sencillamente una cuestión de diseño.
Se ha detectado que en algunas ocasiones la aplicación de la neuroarquitectura va en contra de diseños que sí funcionan. Por este motivo, en la Universitat Politècnica de Valencia están desarrollando unos protocolos para que se tenga algún tipo de garantía de calidad.
Con nuestro curso sobre neuroarquitectura podrás aprender sobre la optimización de espacios, teniendo en cuenta la interacción entre cerebro y ambiente. Crearás espacios funcionales que aprovechando todo el potencial. Además cuentas con un equipo docente a tu disposición para solventar todas las dudas que te surjan durante la realización del curso.