El riesgo operacional es inherente a todas las actividades, productos, sistemas y procesos, y sus orígenes son muy variados. La gestión del riesgo operativo es un área crítica en las organizaciones y gestionarla adecuadamente requiere procesos estructurados que prevengan y detecten los posibles riesgos.
En este artículo, abordaremos las cuestiones fundamentales sobre el riesgo operacional. Como veremos, entender su esencia y abordarlo de manera proactiva es fundamental para la salud financiera de cualquier empresa.
Origen del riesgo operacional
El riesgo operacional es la vulnerabilidad inherente a la ejecución cotidiana de las operaciones empresariales. Actualmente, es considerado de gran impacto en las organizaciones. Sin embargo, no siempre fue así. El sector financiero solía centrarse en el riesgo crediticio, que ya abordamos en un artículo anterior. Como resultado del acuerdo de Basilea II, se le empieza a prestar mucha más atención a los riesgos operacionales.
Antes de seguir avanzando, debemos responder una par de preguntas:
En primer lugar, ¿qué es el riesgo operativo?
Siguiendo la definición recogida en el Acuerdo de Basilea II, el riesgo operacional es aquel que puede provocar pérdidas debido a errores humanos, procesos internos inadecuados o defectuosos, fallos en los sistemas y como consecuencia de acontecimientos externos. Dentro quedan incluidos los riesgos legales, pero se excluyen los riesgos estratégicos o de negocio y los riesgos reputacionales.
En segundo lugar, ¿cuándo hay riesgo operacional?
El riesgo operacional es una sombra constante en la vida empresarial. Desde los pequeños errores humanos hasta los desastres naturales, cualquier evento que perturbe el flujo normal de las operaciones puede desencadenar riesgos operacionales.
Por este motivo, la incapacidad de anticipar y gestionar estos riesgos puede desembocar en pérdidas económicas significativas. Por lo tanto, una adecuada gestión ayudará a mantener la estabilidad financiera y la reputación de la empresa.
¿Cómo se calcula el riesgo operacional?
Calcular el riesgo operativo es un ejercicio delicado que combina métodos cuantitativos y cualitativos. Implica evaluar la probabilidad de eventos adversos y analizar sus posibles consecuencias financieras. La gestión del riesgo operativo es clave para abordar estas complejidades.
La gestión del riesgo operativo requiere la implementación de estrategias preventivas, sistemas de monitoreo y planes de contingencia. Gracias a estas medidas se pueden minimizar las pérdidas económicas y mantener la continuidad operativa frente a posibles contratiempos.
¿Dónde están los riesgos operacionales más comunes?
Los riesgos operacionales acechan en diversos rincones del mundo empresarial. Desde la vulnerabilidad de los sistemas informáticos hasta la dependencia de la cadena de suministro global, cualquier área puede convertirse en un terreno fértil para el riesgo operativo.
Los errores humanos, omnipresentes en cualquier organización, pueden desencadenar eventos catastróficos si no se abordan adecuadamente. Además, los fraudes internos pueden socavar la integridad financiera de la empresa, llevando consigo pérdidas económicas significativas.
Las amenazas externas, como desastres naturales, actúan como catalizadores potentes de riesgo operativo. Incendios, terremotos o eventos climáticos extremos pueden interrumpir las operaciones, generando pérdidas económicas y desafiando la capacidad de recuperación de la empresa.
¿Qué tipos de riesgos operacionales existen?
Los riesgos operacionales son de lo más variado, abarcando diversas categorías que requieren atención diligente. Entre los tipos más comunes se encuentran:
Errores humanos
Desde simples equivocaciones hasta fallos de comunicación, los errores humanos son fuente constante de riesgo operacional. Un ejemplo de error humano sería la introducción incorrecta de datos o la falta de comunicación interna. Imagina una cadena de suministro que se ve comprometida debido a la falta de coordinación entre departamentos, resultando en pérdidas económicas y daños a la reputación.
Fraudes internos
La deshonestidad interna puede manifestarse a través de manipulación de información financiera o malversación de fondos, generando pérdidas económicas significativas. Por ejemplo, un empleado deshonesto que manipula información financiera puede generar pérdidas económicas y erosionar la confianza de los stakeholders.
Dependencia tecnológica
Fallos en sistemas informáticos cruciales pueden resultar en interrupciones operativas y pérdidas económicas inmediatas. Un ejemplo claro sería el fallo de un sistema informático crítico, paralizando las operaciones y generando pérdidas económicas inmediatas.
Otros riesgos operacionales:
Desastres naturales: Eventos como terremotos, inundaciones o incendios pueden interrumpir las operaciones y causar pérdidas económicas catastróficas.
Cadena de suministro: La vulnerabilidad de la cadena de suministro global expone a las empresas a riesgos operacionales derivados de la interrupción en la entrega de insumos.
Riesgos regulatorios: Cambios repentinos en regulaciones pueden generar costos adicionales y desafiar la capacidad de adaptación de la empresa.
Reputación: Una gestión deficiente del riesgo operacional puede afectar la reputación de la empresa, ahuyentando a clientes y socios comerciales.
Como acabamos de ver, el riesgo operacional es un componente ineludible de la vida empresarial. Comprenderlo, gestionarlo de manera efectiva y anticiparse a sus manifestaciones son elementos cruciales para garantizar la estabilidad financiera. La gestión del riesgo operacional es una necesidad y el mercado demanda profesionales formados en la materia. Si te gustaría convertirte en uno de ellos, no te pierdas nuestro Máster en Gestión de Riesgos Financieros.
