Tradicionalmente, la gestión logística de una empresa se ha basado y se ha identificado con la planificación, operación y control del flujo físico de productos e información, pero siempre siguiendo un esquema unidireccional que vinculaba en un solo sentido al productor con el consumidor final.

Desde hace unas décadas, la realidad empresarial existente ha puesto de manifiesto un nuevo flujo físico en la cadena de valor de los productos, que se da en sentido inverso, esto es entre el consumidor y el productor. Es lo que se llegado a denominar como Logística Inversa o “Cadena de Suministro Inversa”.

Desde el nacimiento del término Logística Inversa, atribuido a Luttwark en 1971, se señalaba como idea principal del concepto la “recuperación de productos de los clientes por medio del servicio postventa”.
Como en tantos casos, con los años han surgido numerosas definiciones sobre la Logística Inversa, aunque como ejemplo ilustrativo podemos centrarnos en la siguiente:
“La Logística Inversa es el conjunto de actividades relacionadas con el manejo y gestión de equipos para la recuperación de productos, componentes, materiales o incluso sistemas técnicos completos (por defecto generalmente se utiliza únicamente el término de productos)” (Brito et al., 2002).
Objetivos de la logística inversa
Esta y otras definiciones por el estilo suelen hacer referencia a los dos objetivos fundamentales de la Logística Inversa, que parten del mismo concepto de recuperación de parte o de la totalidad de los productos.
- El primer objetivo sería el aumento de la eficiencia medioambiental, a través del reciclaje, la reutilización de los productos, la reducción de las materias primas empleadas o el desecho definitivo de los mismos, con las adecuadas garantías medioambientales.
- El segundo objetivo, sería la recuperación económica de productos fuera de uso, con objeto de crearles un nuevo valor añadido y por tanto una segunda vida útil, generando por tanto un nuevo ciclo de valor económico tanto para el productor como para el consumidor.
A la hora de llevar a la práctica la Logística Inversa en una organización, podemos encontrar las siguientes prácticas relacionadas:
- Reutilización.

- Reparación
- Restauración
- Refabricación
- Canibalización
- Reciclaje
- Vertido Controlado
- Incineración
Como se puede deducir, la filosofía de la Logística Inversa se basa en el establecimiento de un sistema de reutilización y reciclado de los productos, reduciendo al mínimo posible la contaminación y los stocks, a la vez que se amplían las posibilidades del mercado y en las maneras para dar una nueva vida a productos que en un principio parecían desechados.
En próximas entregas, veremos y desarrollaremos con detenimiento las actividades de Logística Inversa que acabamos de apuntar.