Diferencias entre calibración y verificación de instrumentos de medida

A la hora de utilizar cualquier tipo de instrumento o equipo, para medir cualquier tipo de magnitud cuantificable, es conveniente tener claro una serie de conceptos clave, pertenecientes  al ámbito de la metrología.

Para empezar, hay que tener claro qué es la metrología. El VIM (Vocabulario Internacional de Metrología), la define de manera sencilla e intuitiva como “la ciencia de las mediciones y sus aplicaciones”. Una definición algo más completa podría ser: “la ciencia y técnica, rama de la Física, que tiene por objeto el estudio de los sistemas de medida y la determinación de las magnitudes físicas, garantizando su normalización, mediante la trazabilidad de las mismas”.

La metrología también es la encargada del estudio, el mantenimiento y la aplicación de los sistemas de medida,  actividad esta última, que se relaciona directamente con los conceptos de resultado de la medición e incertidumbre de medida.

Para acotar la incertidumbre de las medidas, dentro de un campo de tolerancia aceptable, es imprescindible que los equipos de medición utilizados,  estén perfectamente calibrados y verificados. Estos dos conceptos están íntimamente relacionados, pero son distintos:

Calibración

La calibración, según el VIM, es: “el conjunto de operaciones que establecen, bajo condiciones especificadas, la relación entre los valores de magnitudes indicados por un instrumento o sistema de medición, o valores representados por una medida materializada o un material de referencia y los correspondientes valores aportados por patrones”.

En otras palabras, el concepto de calibración se aplica única y exclusivamente a instrumentos de medida (de cualquier tipo de magnitud cuantificable: tensión, tiempo, resistencia, frecuencia, …), al compararlos con valores de un patrón previamente establecido.

Verificación

En cuanto a la verificación, esta consiste en: “comparar las medidas proporcionadas por el instrumento con las de un equipo calibrado y de calidad metrológica igual o superior al equipo a verificar, con el fin de confirmar que el equipo mide con un error menor al especificado por el fabricante o menor del requerido para la realización de un determinado trabajo”.

Es decir, al igual que con la calibración, se compara el instrumento, pero no se hace con patrones previos de referencia, sino que se “compara” de manera directa, con otro instrumento, (previamente calibrado, claro está),  para verificar que la calibración del primer instrumento es la correcta.

Por último, nos referiremos al concepto de ajuste, que sería el “conjunto de operaciones realizadas sobre un sistema de medida para que proporcione indicaciones prescritas, correspondientes a valores dados de la magnitud a medir”. Es decir, el ajuste se hace sobre el propio sistema de medida, no sobre el equipo.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre la calibración y verificación de un instrumento de medida?

La diferencia entre ambos conceptos radica en el elemento con el que se comparan los valores de un instrumento de medida. En el caso de la calibración, los valores de un instrumento se comparan con un estándar o patrón de referencia prestablecido, mientras que en la verificación se comparan estos mismos valores con otros de un instrumento del mismo tipo previamente calibrado.

Otra diferencia clave es que la calibración de los instrumentos no suele figurar en la normativa particular de los fabricantes como un requisito a cumplimentar de forma periódica, mientras que la verificación de los instrumentos de medida si es necesaria hacerla de forma sistemática una vez pasado cierto tiempo o después de la reparación de la herramienta de medición en particular.

En cualquier caso, ni la calibración ni la verificación son procesos excluyentes uno de otro, sino complementarios. Así pues, una empresa que utilice instrumentos de medida deberá recalibrar y efectuar verificaciones periódicas de la rigurosidad de sus herramientas para brindar un producto o servicio de calidad a sus clientes. Por norma general, se deberán establecer tiempos de verificaciones periódicas para cumplir con la normativa vigente y los estándares de calidad esperados.