¿Cómo afecta la guerra Rusia-Ucrania a la logística y al transporte? Los kilómetros de camioneros españoles en huelga en nuestras carreteras no es pura casualidad. Y es que, el conflicto bélico en Ucrania está causando un fuerte impacto en la economía de todo el mundo, y el sector de la logística y transporte marítimo lo está sufriendo directamente. La invasión rusa y sus repercusiones ya se empiezan a sentir en nuestros bolsillos.
De hecho, la Organización Empresarial de Logística y Transporte de España asegura que ya hay sectores económicos muy expuestos en su cadena de suministro, como consecuencia de la guerra desatada entre Rusia y Ucrania. En concreto, los más afectados son la alimentación, automoción, tecnología y sector energético.
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Rusia, el tercer exportador de petróleo: primer obstáculo
El primer efecto de la guerra en el sector de la logística y transporte es el precio de los combustibles. ¡Disparado! El impacto sobre la energía es la consecuencia más directa.
Esto se debe principalmente a las sanciones impuestas a Rusia, siendo el tercer exportador de petróleo del mundo tras Estados Unidos y Arabia Saudita. Como consecuencia, el precio de la gasolina y el diésel ya ha empezado a subir, y ahora llenar el depósito de tu coche ya cuesta 20 euros más que hace un año.
Claramente, esto incrementa el coste del transporte de mercancías. Aunque, la situación podría ser todavía más preocupante en el caso de que Estados Unidos y Europa impongan nuevas sanciones, lo cual supondría una mayor inflación y un freno del crecimiento económico.
Las rutas de transporte europeas: comprometidas por la invasión rusa
Otra gran consecuencia que afecta directamente a la logística y transporte: muchas rutas comerciales pasan por los territorios ahora enfrentados. El miedo de los transportistas es indudable y evidente. Sin ir más lejos, al segundo día del inicio de la guerra, un carguero japonés fue alcanzado por un misil ruso frente a las costas de Ucrania.
En cuanto a los puertos marítimos, muchos están vetados a embarcaciones con bandera de Rusia, lo que conlleva retrasos en el transporte e incluso escasez de algunos productos. Un aspecto que podrás entender mejor con un Máster de Logística Online o un Curso en Logística y Gestión de operaciones
En lo que se refiere al transporte por aire, Rusia ha cerrado su espacio aéreo a más de 35 países. Así que, cualquier avión de mercancías que pasa por zona rusa tendrá que buscar una ruta alternativa, gastando más combustible para poder volar.
“Rusia y Ucrania son los responsables del 4,5% del total de tráfico refrigerado que se mueve por mar cada año.”
Es más, solamente Rusia importó cuatro millones de toneladas de productos frescos por mar en 2021. En este sentido, no solo es importante el nivel de alimentos frescos que se ha dejado de comercializar, sino también el menor uso de contenedores frigoríficos que hace Rusia. Siendo uno de los principales actores del sector.
Escasez de cereales imposibles de exportar
Trigo, maíz, centeno, cebada… Todos ellos son cereales que se han dejado de exportar al mismo nivel que se hacía antes. Y es que, Rusia y Ucrania son dos países muy relevantes en la producción de cereales, que están presentes en numerosos productos comestibles, tanto para la nutrición humana como animal. De hecho, Rusia es el primer país en exportaciones de trigo, mientras que Ucrania suministra el 35% de todos los cereales que entran en la Unión Europea.
“Solamente Rusia y Ucrania concentran en torno al 30 % de la producción global de trigo.”
Al verse afectado el sector de logística y transporte por la guerra, la distribución de este producto y otros como el maíz, la soja o el girasol también se está viendo comprometida. Transportar estos productos desde Rusia o Ucrania es mucho más difícil, así como realizar pagos a Rusia debido a las sanciones impuestas por Occidente.
Como no podría ser de otra manera, en consecuencia el precio del trigo también se ha disparado un 40% y ya se empiezan a detectar los signos de escasez en productos como el aceite de girasol.
Conclusión: ¡apriétate el bolsillo!
La conclusión de todo esto es que se va a producir un aumento de los costes en general, incluido el flete marítimo, es decir el coste asociado al transporte de un contenedor de un puerto a otro.
Nos encontramos ante una situación que recuerda a la época de la Guerra Fría. El aumento del precio del combustible, el recargo de guerra que se paga para asegurar la circulación en zonas cercanas al conflicto… Son los mismos síntomas de catástrofes anteriores.
De hecho, este pago de la carga que está en tránsito complicará aún más las transacciones para los operadores logísticos. Y es que, las líneas que prestan servicios directos hacia el Mar Negro se han detenido de inmediato con motivo de la guerra, lo que supone todo un desafío logístico para la carga que ya está navegando a bordo de esos buques.
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