Aunque parezca algo novedoso, ya durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos se comenzó a usar el método de los huertos urbanos en ciudades, debido a los problemas de importaciones, asegurándose así el alimento.
En los últimos años estamos experimentando una «revolución verde» en las grandes ciudades, donde cansados de ruido, de estrés y de contaminación, se están buscando alternativas de ocio en las que se incluyen un contacto directo con la naturaleza. Éstos son los huertos urbanos, donde cada vez más, se están implantando en lugares estratégicos de las ciudades (normalmente periferias, terrazas o áticos).
Destinados a una producción familiar, son muchos los beneficios de los huertos urbanos:
- De tipo social: ya que fomentan unos hábitos de vida saludable, un contacto directo con la naturaleza, la realización de ejercicio físico y las relaciones interpersonales.
- De tipo económico y sobre el empleo: aunque no es su principal fin, cierto es, que pueden mejorar la renta familiar, propiciando un ahorro y consumo de productos locales.
- De tipo ambiental: se favorece la creación de espacios verdes afianzando el concepto de agricultura ecológica.
- De tipo urbanístico: se suelen recuperar suelos inutilizados y en desuso con el aporte medioambiental que ésto supone.
Los huertos urbanos son movimientos que fomentan la aplicación de técnicas orgánicas, evitando el uso de biocidas, apoyando un ecosistema que se sostiene con la biodiversidad del cultivo, la rotación de los mismos y el aporte de abonos orgánicos. Todo ello, promoviendo la integración, el trabajo en equipo, estilos de vida saludable, solidaridad e igualdad de oportunidades.
Estamos asistiendo a un cambio radical a la hora de gestionar nuestro tiempo libre, ya que nuestros hobbys están cambiando. Empezamos a cambiar las reuniones en un bar o centro comercial, por colocarnos la ropa de trabajo y pasar el día entre amigos cultivando cualquier tipo de hortaliza. El aumento de sensibilización ambiental, el descontento con ciertos sectores de la industria alimentaria o los ritmos de vida, son factores que están apoyando estos cambios culturales.
Algunos de éstos se están convirtiendo en zonas de encuentro donde se suelen realizar actividades pedagógicas como charlas, cursos, seminarios u otras acciones orientadas a un tipo de agricultura, la ecológica, que fomenta temas medioambientales como el reciclado, el uso racionalizado de las energías o la ayuda cooperativa.
La participación ciudadana es una de las claves estratégicas para el éxito de los huertos urbanos o sociales. Debemos partir de la base de que hay que abordar un proceso de participación social para la organización y gestión de los mismos, ya que estos ciudadanos serán los conectores con la administración local, si éstos fueran públicos.
Dependiendo de la gestión de los mismos, se pueden diferenciar entre huertos que son gestionados directamente por ayuntamientos u otros organismos públicos, huertos gestionados de manera directa por una asociación ciudadana o bien, una mezcla de ambos, que suele ser la combinación más usada, donde se establecen una serie de obligaciones y derechos para la correcta gestión y funcionamientos del mismo.
El Hotel Wellington de Madrid, cultiva 400 m2 de verduras, distribuidas en 14 parcelas de cultivos ecológicos, que han producido 4200 unidades de 35 variedades de verduras y frutas distintas en 2014, donde Floren Domezain se ha convertido en el mayor proveedor con estos productos de las estrellas Michelin españolas.
En Nueva York se contabilizan a día de hoy más de 600 cultivos, algunos en rascacielos, como el Brookling Grange, siendo este el mayor huerto urbano del mundo situado en una azotea. Más de una hectárea de tierras donde pueden verse unas panorámicas de Manhattan envidiables
Lo que surgió, con quizá más ambición que intención, hoy proporciona más de 40 variedades de tomates, y otros tipos de verduras y hortalizas, siempre siguiendo principios orgánicos y ecológicos. Las propias palabras de Anastasia Cole, cofundadora de Brooklyn Grange: «hay que procurar educación ambiental y agrícola a todos aquellos que viven en la ciudad y la aman«, muestran las ganas de alternativas y los retos conseguidos.
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