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Insectos en los cultivos: de la plaga bíblica a la actualidad

10/11/2022
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Los insectos, por lo general, están asociados a un pensamiento desagradable. Bien porque los relacionemos con algún tipo de daño directo (picaduras, enfermedades) o bien porque se asocie a perjuicios en nuestro hogar, alimentos y/o cultivos.

Sin embargo, son numerosos los insectos beneficiosos sobre los humanos y el medio en el que habitan, aunque no lo creamos o no seamos conscientes. Si nos paramos a pensar, la polinización depende, en gran medida, de muchos insectos; también producen algunos bienes, como la seda, miel o tintes; actúan como indicadores de calidad e, incluso, para algunos, son un alimento.

Por tanto, podemos comprobar que no todos los insectos son “dañinos” e, incluso, vemos que pueden ser beneficiosos para los humanos. En el siguiente artículo vamos a comprobar cómo pueden actuar en los cultivos.

Insectos en los cultivos

Los insectos se encuentran por todas partes. Se han descrito, aproximadamente, un millón de especies en todo el planeta y, sin duda, quedan muchos más por inventariar. Podemos hacernos a la idea de la importancia que pueden tener en el medio.

Es importante tener en cuenta la diversidad alimenticia de dichos insectos: mientas que muchos de ellos consumen vegetales, otros tantos son carnívoros. Sin duda alguna, a nuestra mente vienen las distintas molestias que éstos causan.

Si nos centramos en los cultivos, sobre todo en explotaciones intensivas, pueden tener una imagen devastadora. Son numerosas las historias en donde se cuentan cómo los insectos han hecho uso de los cultivos en beneficio propio, comiendo todo lo que necesitaban sin que nadie pudiera hacer gran cosa. Estos hechos aparecen, incluso, en la Biblia, en donde una gran plaga devastaba el poco alimento que quedaba.

Por tanto, y acorde a la visión general dañina que se tenían de los insectos, se ha intentado ir poniendo remedio a medida que la tecnología ha ido avanzando y las técnicas han mejorado.

¿Qué se ha venido haciendo?

Los insecticidas han sido los productos fitosanitarios más utilizados desde su origen. Se tiene constancia de su uso por parte de las civilizaciones egipcias o babilónicas, pasando por griegos, romanos, chinos, hasta llegar al “insecticida moderno”.

Llegó el DDT, y con él la revolución de los insecticidas. La eliminación de dichos animales empezó a ser muy efectiva, pero, claro, no solo eliminaba a los insectos dañinos. ¡Desaparecían todos!

Por tanto, nos surge una cuestión: ¿estas actuaciones eran buenas para el medio ambiente? Y, es más, ¿son beneficiosas para los cultivos?

Los insecticidas han ido evolucionando, siendo mucho más selectivos y menos dañinos para el medio y los humanos. No obstante, se sigue trabajando para buscar la solución más indicada.

Es aquí donde surge la idea de los insectos para “ayudar” a los agricultores.

Cambio de paradigma

En los últimos años se ha producido un cambio en el paradigma. Son diversos los motivos que han hecho que, cada vez más, vaya reduciéndose el consumo de fitosanitarios para combatir plagas.

Un mayor control por parte de las administraciones, concienciación ambiental, mayor eficacia de los productos, el precio y uso de técnicas alternativas. En este último punto es donde nos vamos a centrar.

¿Cómo se puede luchar contra las plagas de manera eficaz, a un precio asequible y sin dañar al medio? Pues con una técnica alternativa que no lo es tanto: mediante el uso de animales.

Desde hace bastante tiempo se suelen utilizar insectos para favorecer a la polinización (abejas y abejorros, principalmente). Ya es algo bastante habitual, en detrimento de las fitohormonas para el cuaje de los frutos.

Algo similar es lo que se pretende en la lucha biológica. La mayor parte de los insectos, artrópodos o, incluso, hongos tienen un depredador que, como su nombre indica, se nutre de ellos. Pues, cuando dicho organismo se convierte en plaga, puede darse el caso de que se pueda utilizar alguno de sus depredadores para combatir.

Esta es la base de la lucha biológica y el uso de organismos para minimizar el impacto que pueda tener una plaga sobre un cultivo. Generalizando, insectos beneficiosos vs insectos perjudiciales.

¿Qué beneficios tienen?

Son números los beneficios que esto tiene. Por ejemplo, se reduce el tiempo invertido en el mantenimiento de la plantación. Bien es sabido el trabajo que requiere las aplicaciones con productos fitosanitarios.

Por otra parte, económicamente también suele ser más rentable. Los productos fitosanitarios tienen un elevado precio, problema que desaparece mediante el uso de organismos. Además, estos “insectos beneficiosos” no requieren de mantenimiento, ya que se alimentan de la plaga.

Por otra parte, evitamos los plazos de seguridad que requieren el uso de productos fitosanitarios. Este tratamiento es válido para cultivos ecológicos, dándole un valor añadido al producto.

Por último, es interesante resaltar la importancia que tiene sobre el medio ambiente. Los fitosanitarios, sobre todo si su uso es el inadecuado, pueden suponer un impacto sobre el sistema. Pues bien, si los sustituimos por estos organismos que, de manera natural, luchan contra las plagas, el impacto desaparece.

Son multitud los beneficios que tiene el uso de la lucha biológica en los cultivos, aunque también es importante tener en cuenta que no siempre es efectiva ni válida. Una adecuada gestión es clave para obtener resultados trascendentes.

Algunos ejemplos de insectos beneficiosos

Algunos de los insectos beneficiosos que debemos de conservar en nuestros cultivos o que podemos utilizar, e introducir, para combatir algunas plagas son los siguientes:

Mariquitas: se alimentan, principalmente, de los pulgones. También pueden consumir diversas polillas, mosca blanca y araña roja.

Crisopa: estos insectos se nutren de trips, pulgones, cochinillas, diversos ácaros.

Chinches: depredan larvas y huevos de varios tipos de insectos. Controlan pulgones, mosca blanca, polillas y demás insectos de pequeño tamaño. También ácaros.

Escarabajos: algunas especies de escarabajos pueden atacar a los pulgones, mosca blanca y ácaros.

Mantis religiosa: a pesar de su aspecto, son excelentes depredadores de insectos de un tamaño mayor, como las polillas, moscas, chicharras, grillos y distintas larvas.

Avispas parasitarias: parasitan a algunos escarabajos, mariposas, mosca blanca, trips, chinches, entre otros.

Insectos polinizadores: la función es evidente. Se encargan de llevar a cabo la polinización de las distintas plantas. Una función esencial en cualquier tipo de cultivo.

Categorizado en: Gestión Integrada

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