Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Infancia, en el post de hoy trataremos algunos aspectos básicos relacionados con la seguridad y la prevención de los accidentes infantiles.
Los accidentes infantiles representan un importante problema de salud pública, según los datos que UNICEF publica cada año. Puede que no sea el día más adecuado para dar estadística sobre mortalidad infantil por accidentes, pero si diremos que son más altas de lo que creemos. En España por ejemplo es la tercera causa de fallecimiento en menores de 15 años.
La mejor forma de disminuir estos accidentes, es por supuesto la prevención. Atendiendo a los diferentes tramos de edad, desde UNICEF y otros organismos internacionales y nacionales, se ofrecen algunos consejos de seguridad, como los siguientes:
De 1 a 3 años, los niños y las niñas desarrollan las habilidades motrices, las cognoscitivas como la curiosidad y los hábitos de vida. Por esta razón, la prevención se ha de centrar sobre todo en el peligro de intoxicaciones, quemaduras y caídas. Se recomienda por tanto:
- Que en ningún caso se guarden productos tóxicos en envases de productos comestibles.
- No dejar medicamentos ni productos tóxicos a su alcance.
- Es conveniente evitar su presencia en la cocina, el lugar más peligroso de la casa, ya que existe peligro de quemaduras con líquidos y metales calientes.
- Atender especialmente a la posibilidad de caídas desde las sillas y camas, pero sobre todo desde ventanas y balcones, hay múltiples dispositivos de seguridad en el mercado para evitarlo.
- En la calle, siempre se deben llevar de la mano y la vigilancia debe ser constante. En esta etapa de su vida, la percepción del peligro es mínima.
- Es necesario proteger los accesos a las piscinas y similares, además de usar flotadores seguros.
- Hay que estar atento durante la comida, para evitar el riesgo de que se atragante.
- Se debe impedir que las niñas y niños menores de 3 años jueguen con juguetes que tengan piezas pequeñas, pueden causar ahogamientos. En todos los juguetes comercializados en la UE, existen recomendaciones por edades, sólo hay que seguirlas.
- En las áreas de juego infantil, siempre deberá haber un adulto que los acompañe.
De los 4 y los 9 años, se produce un enorme aumento de su autonomía personal, la prevención irá encaminada hacia los siguientes aspectos:
- Dentro del automóvil, tienen que ir sujetos siempre en los asientos posteriores usando para ello de forma correcta las sillas homologadas; otra cuestión, si las puertas del vehículo tienen además dispositivo de bloqueo de seguridad, utilícelo.
- Es necesario que en esta etapa aprendan a nadar.
- En la calle, hay que seguir cogiéndolos de la mano (dentro de poco serán mayores y ya no querrán, aproveche mientras tanto) y deben saber que hay que mirar hacia ambos lados de la calzada para cruzar.
- En el caso de montar en bicicleta, monopatín o patines, deben hacerlo con equipos de protección (casco, rodilleras y coderas) adecuados a la edad del menor.
- Para los menores de 6 años, deben evitarse juguetes que contengan imanes o que se puedan desarmar fácilmente.
- Advertir a las niñas y niños sobre el peligro que pueden tener los juguetes que utilicen proyectiles (pistolas de dardos o arcos con flechas) por ejemplo, que no se deben utilizar a corta distancia y mucho menos apuntar hacia la cara.
- Hay que asegurarse de que no utilizan objetos cortantes.
- Intentar ir a parques infantiles que cumplan con las normas de seguridad y salubridad especificadas en la legislación.
- Asegurar un uso frecuente y adecuado de las medidas de fotoprotección y fotoexposición solar.
Entre los 10 y los 14 años, la etapa que se caracteriza por el gran salto en su desarrollo físico y psicológico.
- La prevención deberá hacer hincapié en la seguridad vial, el riesgo del fuego y de la electricidad, y la manera de evitarlos.
- Hay que evitar que jueguen a juegos peligrosos o al menos enseñarles a usarlos con seguridad (dardos, arcos, cohetes, etc.).
Teniendo en cuenta estas simples reglas, podríamos aumentar bastante la seguridad de nuestros menores.
Por otra parte, también debemos decir, que una cosa es adoptar unas medidas básicas de seguridad y otra, hacer que los niños vivan en una burbuja aislados del entorno, desde aquí no defendemos esto último. No debemos hiperprotegerlos, todos los sucesos de la vida, buenos y malos sirven para adquirir experiencia y hacernos como somos.
Si hacemos memoria, muchas de las actividades que hacíamos hace unos cuantos años y que más nos divertían, (al menos en mi caso) conllevaban alguna que otra caída, roce, raspadura, corte o hematoma. Esas cicatrices de nuestra infancia que todavía tenemos en las rodillas, los codos o la frente y que nos recuerdan que una vez fuimos niños y que nuestra curiosidad y nuestras ganas de explorar, de conocer y de jugar, no tenían límites. Y además éramos indestructibles.
Hay que usar como muchas veces decimos desde aquí, el sentido común. Deje que jueguen y que descubran el mundo (eso sí, de vez en cuando, écheles un vistazo).
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