Después de unos días de calor inusuales, – más propios del periodo estival que de la estación de las hojas secas – , parece que finalmente el otoño ha hecho su entrada triunfal inaugurando este nuevo periodo estacional. A la caída de las hojas, el descenso de las temperaturas y los días lluviosos, se suma el consabido cambio horario que resta horas de luz al día acortándolo, haciendo que nuestro organismo tenga que adaptarse a esa nueva situación.
Al igual que ocurría en la transición del invierno a la primavera, algunas personas pueden presentar dificultades en dicho proceso de adaptación, cursando con un cuadro típico de astenia, similar al de su equivalente primaveral, que genera malestar general y que impide realizar con normalidad las actividades de la vida diaria.
Astenia en otoño
Cansancio extremo, apatía, tristeza, debilidad, somnolencia, bajo estado anímico y concentración, irritabilidad, falta de apetito…etc., son algunos de los síntomas que definen a este trastorno leve y transitorio motivado principalmente por los cambios de estación y la disminución de las horas de luz, que se ve agravado por factores ambientales propios de nuestros hábitos de vida como el estrés o la mala alimentación.
Pese a su transitoriedad, la sintomatología antes citada condiciona la calidad de vida de estas personas durante este periodo, por lo que es necesario seguir, – cuando aparezca – una serie de recomendaciones dirigidas a minimizar el impacto que el propio proceso de adaptación genera en estos individuos.
Entre ellas:
- Dormir bien: mínimo ocho horas diarias establecidas en un horario fijo.
- Realizar ejercicio físico regular de intensidad moderada, preferentemente al aire libre aprovechando las horas de luz.
- Seguir una dieta equilibrada y balanceada con una gran cantidad de frutas, verduras y cereales integrales, y una baja proporción de alimentos grasos.
- Hidratarse.
- Consumir alimentos de temporada ricos en nutrientes esenciales (coliflor, coles de Bruselas, alcachofas, berenjenas, calabacines, calabazas, setas, cítricos, granadas, chirimoyas, uvas….etc.)
- Reducir el consumo de productos ricos en azúcar y harinas refinadas, evitando el consumo de café, tabaco y alcohol, así como de bebidas gaseosas azucaradas y zumos industriales.
- Tomar en los casos en los que sea necesario, suplementos nutricionales vigorizantes, enriquecidos con vitaminas, aminoácidos, jalea real o gingseng.
- Realizar actividades intelectuales estimulantes (pasatiempos, crucigramas…etc.), para luchar contra el sentimiento de aburrimiento y apatía.
Todas estas recomendaciones servirán sin duda para afrontar este periodo transitorio, haciendo más fáciles los días a aquellas personas que se han topado en su camino con la astenia otoñal.
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