Establecer una adecuada comunicación con el paciente resulta fundamental para lograr un buen desarrollo de la práctica clínica.
El gran auge de la tecnología e Internet en la actualidad, que facilitan el acceso a una gran cantidad de información, han contribuido en gran parte al cambio que ha experimentado el perfil de los pacientes, que demandan más información sobre su estado de salud en comparación al modelo tradicional.
Algunas de las principales consecuencias de una mala comunicación con el paciente por parte del profesional sanitario, son la falta de adhesión al tratamiento y el consecuente agravamiento de los procesos patológicos.
Por tanto, resulta crucial que el profesional sanitario posea las habilidades necesarias para establecer una comunicación con el paciente de calidad. Una adecuada interacción con el paciente, favorecerá la adecuada instauración del tratamiento y la adopción de medidas preventivas. De esta forma se evitarán o disminuirán en la medida de lo posible las complicaciones.
A continuación te contamos algunas de las principales claves para establecer una buena comunicación con el paciente.
Establecer un diálogo que favorezca la correcta transmisión y compresión del mensaje
Para favorecer la compresión del mensaje es fundamental que su contenido tenga las siguientes características:
- Relevante: el contenido deberá ser significativo y estar directamente relacionado con el estado de salud y las necesidades del paciente. Se evitarán las divagaciones en la medida de lo posible a fin de mantener la atención del paciente.
- Apropiado: deberá adaptarse a las características de cada paciente teniendo en cuenta su edad, sus conocimientos, su cultura y su idioma entre otros aspectos. Como norma general, se debe evitar el uso de tecnicismos que dificulten la comprensión del mensaje.
- Conciso: debe evitarse el uso de oraciones largas y complejas que distraigan del mensaje principal. El mensaje deberá ser concreto y se utilizarán preferiblemente frases cortas. Es muy importante dejar tiempo suficiente para que el paciente pueda ir asimilando la información y planteando las dudas que le puedan surgir.
Practicar la escucha activa
La escucha activa es una de las estrategias más importantes de la comunicación. Es mucho más que oír. Consiste en concentrarse totalmente en el mensaje que nos está trasmitiendo el paciente demostrándole que tiene toda nuestra atención.
Estos son algunos de los beneficios de la escucha activa:
- Favorece el establecimiento de un clima de confianza.
- Permite descubrir los objetivos y las prioridades del paciente, conociendo sus sentimientos al respecto.
- Mejora la predisposición del paciente al saber que estamos realmente interesados en ayudarle a conseguir sus objetivos.
- Disminuye la ansiedad del paciente al permitirle expresar con libertad sus dudas e inquietudes.
Algunas de las técnicas que indican al paciente que el profesional sanitario practica la escucha activa son:
- Parafrasear: consiste en explicar con palabras propias el mensaje que acaba de transmitir al paciente. De esta manera el profesional sanitario le demuestra que realmente ha entendido bien el mensaje que quería transmitirle.
- Preguntar: al realizar preguntas relevantes sobre el mensaje que el paciente acaba de transmitir, el profesional podrá demostrarle que le ha prestado atención y ha comprendido sus sentimientos.
- Resumir: Al realizar un resumen de la información que acaba de exponer el paciente, el profesional sanitario demostrará que ha entendido su punto de vista antes de explicarle el suyo propio.
Mantener una actitud empática
Mostrar empatía resulta fundamental para establecer una buena comunicación con el paciente. En ocasiones la empatía tiende a confundirse con la alegría o la simpatía. Sin embargo, la empatía consiste en ponerse en el lugar de los pacientes y tratar de percibir la situación tal y como ellos la sienten.
De esta forma resultará más fácil comprender sus sentimientos, miedos e inquietudes. Esto facilitará el abordaje de la situación de la forma más adecuada. Para ello es necesario considerar que una misma situación será vivida y experimentada de distinta forma por cada paciente. En especial cuando se trate de un paciente pediátrico.
Una actitud empática facilitará la correcta conexión entre el paciente y el profesional sanitario. Esto propiciará el entendimiento entre ambas partes y favorecerá tanto la búsqueda conjunta de objetivos como la adecuada adherencia al tratamiento.
Cuidar la comunicación no verbal
El lenguaje corporal a menudo revela más información que el lenguaje verbal. En el ámbito sanitario suele tener una mayor influencia el modo de transmitir el mensaje que el contenido del mensaje en sí mismo.
Dada la delicadeza y la gravedad que entrañan en numerosas ocasiones los mensajes que se transmiten a los pacientes, la comunicación no verbal cobra una especial importancia. Estos son algunos de los principales aspectos a tener en cuenta:
- Contacto visual: esta forma de comunicación tiene un gran impacto en el comportamiento del paciente. Mirarlo a la cara y a los ojos mientras nos comunicamos con él, refleja el interés en el mensaje que nos está transmitiendo. Esto favorecerá un clima de confianza puesto que de este modo se siente comprendido.
- Expresiones faciales: por lo general la sonrisa por parte del interlocutor favorece que sea percibido como cercano y accesible. Además al dirigirnos al paciente con una sonrisa, éste tenderá a devolvérnosla, adoptando al instante una actitud más confiada. No obstante, es fundamental tener en cuenta que las expresiones faciales deberán acompañar a las características de cada situación. Además deberán adaptarse al mensaje que se quiera transmitir a fin de mostrar empatía con el paciente.
- Gestos: Las manos, la cabeza y los pies pueden producir una gran variedad de gestos, con propósitos muy diferentes. Uno de los gestos que mayor impacto tiene en la comunicación y transmiten al paciente que realmente está siendo escuchado, es asentir con la cabeza. Mover las manos puede resultar de gran utilidad para aportar énfasis a las partes más importantes del mensaje. Los brazos también son unos importantes indicativos de actitud. Mientras que los brazos abiertos muestran una actitud abierta al diálogo unos brazos cruzados pueden ser indicativo de una actitud defensiva.
- Postura y orientación corporal: Inclinarse levemente hacia el paciente mientras nos comunicamos con él le indicará que tenemos una actitud accesible y amistosa. Se debe evitar darle la espalda o mirar hacia el ordenador mientras se le habla. Esto actuará como una barrera impidiendo que se establezca una buena comunicación.
Como podéis ver son muchos los aspectos que deben tenerse en cuenta para establecer una buena comunicación con el paciente. Estas habilidades comunicativas te resultarán de gran utilidad para alcanzar los objetivos fijados. ¡Atrévete a ponerlas en práctica!
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Biosanitario
La comunicación entre el investigador vs paciente no sólo debe servir para obtener información que el clínico necesita en el cumplimiento de sus funciones, debe emplearse también para que el paciente se sienta escuchado, para comprender enteramente el significado de su enfermedad y para que se sienta copartícipe de su atención para mejorar la calidad de los servicios, la efectividad del fármaco, el seguimiento de las posibles incompatibilidades. Es importante escuchar a los familiares del paciente e identificar desde su práctica dificultades y reflexivamente transformarlas para poder incidir positivamente en la comunicación activa.
Estimado Francisco,
En primer lugar, gracias por visitar nuestra revista online. Como bien dice, resulta fundamental practicar la escucha activa y prestar especial atención a la comunicación no verbal, dado que a menudo nos proporcionan una mayor información que la comunicación verbal.
Un saludo