EL Síndrome de Gilbert suele desencadenarse en el organismo a nivel hepático, en donde los niveles de bilirrubina presentes experimentan excreciones inadecuadas, produciéndose por consiguiente una excesiva cantidad de ella a nivel sanguíneo.
La principal causa que suele desarrollar su aparición es la herencia genética; la presencia de un gen anormal en cada uno de los padres hará posible el desarrollo de este tipo de alteración en sus hijos.
¿Qué síntomas suelen estar asociados al síndrome de Gilbert?
Por lo general, este tipo de trastorno no suele presentar sintomatología alguna, no obstante en situaciones en las que usted se encuentre sometido a un intenso esfuerzo, infecciones, esfuerzo o bien administración de determinados medicamentos, cabrá la posibilidad de presentar:
- Fatiga.
- Debilidad.
- Dolor abdominal e hinchazón.
- Ictericia ocular y cutánea.
- Escalofríos, temblores, depresión.
Síndrome de Gilbert: Otras denominaciones
El síndrome de Gilbert además, se conoce por los términos de:
-Disfunción hepática constitucional.
-Bilirrubinemia benigna no conjugada.
-Ictericia no hemolítica familiar.
Su incidencia a nivel poblacional se encuentra en torno al 5 y 10 % del total.
¿Cómo podemos diagnosticarlo?
Además de los síntomas que su presencia suele desencadenar y que ya hemos mencionado anteriormente, el síndrome de Gilbert suele diagnosticarse a través de analíticas sanguíneas de rutina llevadas a cabo en los pacientes de entre los 20 y 30 años de edad, en donde se verá claramente que los niveles de bilirrubina presentes se encuentran altamente elevados.
Síndrome de Gilbert: recomendaciones
Su médico será el responsable de informarle como puede disminuir los síntomas presentes y evitar su aparición eludiendo:
- Realizar ejercicios de manera vigoréxica.
- Situaciones estresantes.
- Deshidratación.
- Comidas copiosas.
Tratamiento no existe, es una patología benigna que no afecta de ningún modo a la calidad de vida del portador, por tanto no requiere ni de dieta especial ni de reducción de actividad física.
Lo que si se ha podido estimar es que el empleo de determinados medicamentos como es el caso del paracetamol, puede dar lugar a efectos secundarios a nivel hepático, particularmente si se administra en dosis elevadas.
Prevenir esta alteración es imposible. El síndrome de Gilbert es crónico, ténganlo en cuenta.
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