Con la llegada del invierno y de la navidad vuelve el frío, los reencuentros familiares, las comidas de empresa y el alumbrado de las ciudades, pero también vuelve la famosa gripe. Aunque no es una patología grave, afecta entorno al 5-10% de la población cada año, por lo que es fundamental establecer medidas preventivas que nos ayuden a proteger a nuestro organismo de la epidemia anual.
Para ello es de suma relevancia empezar aumentando nuestro conocimiento sobre la misma y saber cómo prevenir la gripe
¿Qué es la gripe?
Pues bien, se trata de una infección vírica que afecta a las vías respiratorias, de las cuales las que más perjudicadas se ven son: la nariz, la garganta, los bronquios y los pulmones (de manera puntual).
Se presenta principalmente en los meses de noviembre a marzo, y su capacidad de transmisión es altísima, a través de las gotas de Fluggë. Además, el virus causante perteneciente a la familia de los Orthomyxoviridao, tiene una característica que lo hace único y es su elevada disposición para sufrir modificaciones en sus antígenos de superficie, generando así nuevos virus gripales.
Por otro lado, existen fundamentalmente tres clases de gripe: A, B y C. Este último no tiene una especial relevancia ya que no es causante de epidemias y la sintomatología es poco trascendente. Y el virus B solo provoca brotes localizados.
El foco de atención lo vamos a centrar en el virus A, dado que es el responsable de las epidemias anuales. Este virus, a su vez, está dividido en función de dos antígenos principales que conforman su superficie, dando lugar a los subtipos A (H1N1) y A (H3N2).
¿Cuál es su sintomatología?
El cuadro clínico se inicia con la aparición súbita de fiebre y escalofríos, acompañados de cefaleas, congestión nasal y rinorrea, dolor de garganta, malestar general, dolores musculares, anorexia y tos seca.
La duración va a depender de la sintomatología, es decir, la fiebre y los dolores musculares suele presentarse de 3 a 5 días, mientras que el resto de síntomas más inespecíficos pueden llegar a persistir durante 2 semanas.
Es importante resaltar que el cuadro clínico va a variar en niños y en ancianos, debido a las características fisiológicas de la etapa del desarrollo en la que se encuentran. Las personas ancianas presentan dificultad respiratoria y los niños van a manifestar otitis media y alteraciones digestivas. Asimismo, las personas inmunodeprimidas van a presentar un cuadro similar al de una persona sana, salvo que la duración de los síntomas puede ser de semanas e incluso de meses.
¿Quiénes son considerados grupo de riesgo?
A pesar de que la gripe afecta a toda la población y por lo tanto a todos los grupos de edad; los menores de 2 años, las personas mayores de 65 años, las personas inmunodeprimidas y con patologías crónicas graves presentan un mayor riesgo de padecer complicaciones.
Estas complicaciones pueden ser: neumonía, bronquitis, sinusitis, deshidratación grave y agravamiento de la patología de base.
¿Cómo se puede prevenir la gripe?
Dentro de las medidas generales se encuentran: mantener un estilo de vida saludable, prestar mayor atención al aseo personal (extremar la higiene de manos), seguir una alimentación equilibrada rica en vitamina C, evitar hábitos tóxicos, abrigarse correctamente y evitar en la medida de lo posible todas aquellas zonas con un alto número de personas.
Como medida específica, la vacunación constituye una de las formas más eficaces para prevenirla.
Tal y como hemos podido ver, la gripe constituye un epidemia anual que afecta a toda la población. Por lo que es de gran relevancia establecer, a nivel individual y colectivo, medidas preventivas para disminuir su incidencia, reducir las complicaciones en la población de riesgo y afrontar el frío con el mejor estado de salud posible.
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