Flores de Bach: ¿para qué sirven?

Flores de Bach: que el nombre no nos lleve a equívocos, no se trata de un artículo sobre las flores favoritas del compositor alemán, sino de un método simple y natural de sanar  a través de la utilización de ciertas flores silvestres  que ha experimentado un auge en los últimos años.

Flores de Bach, la descubierta

Se llaman flores de Bach o remedios florales de Bach, a una serie de 38 esencias naturales descubiertas por el médico Edward Bach entre los años 30, obtenidas a partir de su extracción  de flores silvestres  de la región de Gales  y a las que al parecer se les atribuye propiedades curativas utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales  como el miedo, el estrés, las obsesiones, insomnio, soledad, depresión…

Este médico, homeópata e investigador incansable, basaba sus teorías en la creencia de que las enfermedades físicas tienen un origen emocional, y que si los conflictos emocionales subsisten durante mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo comienza a aparecer manifestando sus síntomas, es decir concibe la enfermedad como un desequilibrio emocional, que prolongado en el tiempo produce la enfermedad en el cuerpo físico, de manera que la solución para recobrar el estado de salud es restaurar dicho equilibrio.

Y fueron estas hipótesis las  que le permitió desarrollar la conocida como Terapia floral de Bach, que fue reconocida como “Terapia Complementaria y Alternativa” por la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) en 1976.

¿Cómo llegó el doctor Bach a estas conclusiones?

El doctor Bach estaba convencido de que en la naturaleza reinaba una armonía perfecta y por ende en ella podían encontrarse los remedios necesarios para restablecer el equilibrio. Consideraba que toda la fuerza vital de las plantas residía en sus flores. Se trataba  de una energía muy sutil, de elevada frecuencia vibratoria, que en el ser humano podría  coincidir  con un estado de equilibrio y paz.

Una mañana, al amanecer, paseando por los campos de Gales, una gota de rocío le dio la solución, comprendió que estas pequeñas masas de agua que cubren las flores  se impregnaban  de la virtud de la planta. Dedujo entonces el papel fundamental que el sol desempeñaría para la extracción de su sustancia activa por acción del calor, y en base a ello desarrolló los principales métodos de extracción de las 38 esencias que reciben su nombre.

Extracción de las esencias

Método de solarización

Es el empleado para la extracción de la mayor parte de las esencias.

Consiste en colocar  las flores frescas recién recolectadas en un recipiente lleno con agua pura, para a continuación dejarlas bajo la brillante luz solar hasta que las flores muestren signos de envejecimiento (aproximadamente unas 3-6 horas).

Pasado ese tiempo, una vez que el calor ha dejado la energía de las flores en el agua, se mezcla con una cantidad similar de brandy, que actúa como conservante estabilizando y manteniendo la energía de la flor en su forma líquida.

Esta mezcla es conocida como tintura madre, que es almacenada en botellas estériles.

Método de ebullición

Indicado para aquellas plantas leño sas o aquellas que tienden a florecer cuando el sol es más débil. Difiere del anterior en el hecho de que las flores no son expuestas al sol, sino que son sometidas a la ebullición durante treinta minutos. Posteriormente, el agua energizada, es mezclada igualmente con una cantidad parecida de brandy y guardada en su botella correspondiente.

Esencias de Bach

Aplicando estos métodos de extracción, el doctor consiguió aislar un total de 38 esencias, que clasificó en siete grupos emocionales diferentes: temor, soledad, incertidumbre, desesperación, desinterés, sensibilidad excesiva y preocupación.

Flores de Bach, ¿para qué sirven?

Algunos ejemplos son:

Álamo  – Miedo de origen desconocido. Aprensión. Presagio. Preocupaciones inexplicables.
Olmo – Desbordamiento. Perfeccionismo exagerado. Estrés. Exceso de responsabilidad.
Gencinana – Desánimo. Incertidumbre. Duda. Pesimismo. Negatividad.
Aulaga – Desesperación. Claudicación. Desesperanza.
Brezo  – Autocentramiento excesivo. Carencia afectiva. Egoísmo.
Acebo – Rabia. Odio. Envidia. Celos. Sospecha. Venganza. Rencor.
Madreselva  – Nostalgia. Obstinación a vivir en el pasado. Excesivo peso del pasado emocional.
Mostaza – Tristeza profunda. Inexplicable desanimo.
Roble – Esfuerzo incesante. Lucha. Sentido excesivo del deber. Austeridad. Rigidez.
Olivo – Agotamiento físico y mental extremo.

Aplicaciones y ventajas de las flores de Bach

La ventaja de esta terapia y lo que explica el éxito que está experimentando en nuestros días, es que estas esencias pueden ser utilizada por cualquier persona: bebes, embarazadas, niños y adolescentes, ancianos, pacientes polimedicados y en coma (a través de preparados tópicos con tintura madre), pues no presentan efectos secundarios e incluso puede ser aplicada en animales.

La dosis diaria normal es de 4 gotas repartidas en 4 momentos.

– Por la mañana (justo en el momento de levantarse).

– A media mañana.

– A media tarde.

– Por la noche (justo antes de acostarse).

Se recomienda tomarlas  diez minutos antes o diez minutos después de las comidas, para evitar que el sabor de los alimentos interfiera con el efecto.

Opiniones Flores de Bach

Los escépticos mantienen que esta terapia alternativa no es capaz de abarcar todas las enfermedades y malestares que son tratados con la medicina alopática, mientras que sus defensores opinan que las flores de Bach pueden ayudar a agilizar el curso de los mismos, hasta su total desaparición, despertando las conciencias hacia un nuevo concepto de autoconocimiento que nos permitan controlar la enfermedad.

Cada día, son más los terapeutas que demandan cursos, artículos divulgativos y congresos para ampliar sus conocimientos en este tipo de medicinas alternativas, con objeto de implementarlas en los centros de salud. Su ausencia de efectos secundarios y su amplia aplicación en diferentes tipos de paciente, la convierten en una nueva vía de investigación en la búsqueda del tratamiento ideal de las enfermedades.

“La principal razón del fracaso de la ciencia médica moderna es que trata los resultados pero no las causas. Nunca se erradicará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen. Ésta es el último resultado producido en el cuerpo, el producto final de fuerzas profundas y duraderas, y aunque el tratamiento material sea aparentemente eficaz, es un mero alivio temporal si no se suprime la causa real”.