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¿Es biológicamente factible la inmortalidad?

29/11/2022
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Inmortalidad biológica ¿Realidad o ficción?

¿Alguna vez has pensado qué harías si fueses inmortal? Imagina que tuvieses todo el tiempo del mundo por delante y que no estuvieses limitado por la edad, el envejecimiento asociado y los cambios biológicos provocados por la senescencia celular.

Desde una perspectiva existencialista, esta idea ha sido explorada por diversos medios, como son la literatura y el cine, pero no todo queda ligado a la imaginación y a la ciencia ficción. Los científicos ya han comenzado a colocar las piezas sobre el tablero en lo que al alargamiento de la vida humana se refiere, y en última instancia, se busca la obtención de inmortalidad biológica.  

Como seres humanos, nos angustia que con la muerte nos llegue el más profundo de los vacíos, es algo inherente a nuestra naturaleza y quizás la existencia de la religión responda a esta necesidad de no desaparecer. Sin embargo, la existencia o no de la otra vida es algo que no discutiremos en esta ocasión. Por lo pronto, vamos a centrarnos en la vida terrenal y a abordarla desde una perspectiva biológica.

¿Por qué envejecemos?

Creo que está de más explicar que el ser humano es un organismo eucariota pluricelular. A lo largo de nuestra existencia, perdemos y generamos miles de células cada día. A través del proceso de mitosis, nuestras células se dividen regenerando nuestros tejidos. Cada vez que una célula se divide, los telómeros (una región presente en los extremos de los cromosomas) se acortan. A medida que los telómeros se van haciendo más y más cortos, la estabilidad de los cromosomas se ve comprometida, de modo que finalmente la célula va siendo cada vez menos eficiente y muere.

Pero ¿Por qué motivo se acortan? En primer lugar, habría que explicar la naturaleza de los telómeros. Estos están constituidos por secuencias repetidas y satélite cuya función es actuar a modo de andamiaje para la polimerasa durante las sucesivas divisiones mitóticas

Bien, hay que tener en cuenta que la ADN polimerasa, la enzima encargada de la replicación del DNA, debe de unirse a una secuencia de unos pocos nucleótidos en el extremo 5´de cada cadena de ADN. Esta secuencia recibe el nombre de cebador y se pierde en la nueva molécula de ADN generada. De este modo, los cromosomas que formen parte de las células hijas serán ligeramente más cortos que los de su predecesora.

Para que lo entiendas mejor, es como si realizases fotocopias de fotocopias previas de forma sucesiva. A medida que se obtengan nuevas copias del documento anterior, estas irán perdiendo nitidez y resolución. Esto es en esencia lo que les ocurre a nuestras células.  Las células solo son capaces de dividirse un número limitado de veces, conocido como límite de Hayflick.

Los humanos somos finitos, pero la naturaleza consiente la inmortalidad biológica.

Sin embargo, en la naturaleza existen muchos casos de organismos que han conseguido alcanzar la inmortalidad biológica o bien son increíblemente longevos. Un ejemplo de esto es el pino longevo (Pinus longaeva) que puede encontrarse en las montañas del sureste de Estados Unidos. Se han llegado a identificar ejemplares con una edad superior a 5000 años. Del mismo modo, muchas especies de tortuga son capaces de vivir más de 150 años sin presentar signos de deterioro a causa del envejecimiento.

Sin duda es algo impresionante, pero te presentaré a un organismo que ha conseguido superar todas las expectativas e intrigar a la comunidad científica.

Se trata de Turritopsis nutricula, una medusa perteneciente a la clase de los hidrozoos. Esta especie es la única a la que se le ha atribuido una inmortalidad biológica real. Es capaz de retornar a su fase de pólipo una vez ha alcanzado la madurez sexual. Lo curioso es que este ciclo puede repetirse de forma indefinida. Cuando la medusa esta entrando en estado de senescencia es capaz de modificar por completo su estructura y organización celular en un proceso conocido como transdiferenciación.

En búsqueda de la inmortalidad biológica para el ser humano.

Siguiendo esta misma línea, los científicos han investigado con las células de Turritopsis nutricula con el fin de descubrir los mecanismos detrás de este proceso.

Curiosamente, descubrieron que las células del cáncer presentan bastante similitud en cuanto a sus funciones con las células de esta medusa. Y, de hecho, se puede considerar que las células del cáncer son biológicamente inmortales. Esto es debido entre otras muchas cuestiones a que presentan actividad telomerasa, es decir, son capaces de reconstruir sus telómeros mediante esta actividad enzimática.

Hasta ahora todo parece indicar que la presencia de una alta tasa de actividad telomerasa se correlaciona con una elevada incidencia de cáncer, por lo que esto parece alejar bastante la idea de la inmortalidad. Posiblemente, ni nosotros ni nuestros hijos ni nietos sean capaces todavía de ver plausible la inmortalidad biológica del ser humano.

Sin duda, parece que estamos hechos para no perdurar, y posiblemente sea mejor así teniendo en cuenta el fuerte impacto que ocasiona el ser humano en su entorno.

Si quieres saber más sobre esta y otras cuestiones relacionadas con la biología, te recomendamos nuestro curso en biología molecular y citogenética.

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