Todos hemos escuchado hablar del bullying alguna vez, de hecho, en alguna ocasión hemos escrito sobre este tipo de acoso en esta Revista Digital, en concreto hablamos sobre el Ciberullyng o ciberacoso a nuestros menores.
El bullying es un anglicismo que usamos para referirnos a la discriminación y a cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico que pueda producirse en el entorno escolar, de forma reiterada. De ahí que el ciberbullying sea este mismo acoso, favorecido y llevado a cabo a través de las nuevas tecnologías y redes sociales, todo mediante ataques personales, publicaciones con información íntima y a veces explícita, así como el falseo de datos, amenazas, etiquetas denigrantes…
Las victimas de discriminación
Estos son los términos que usamos para dar nombre al acoso y agresiones que sufren algunos de nuestros menores (y no son pocos), que son discriminados por sus iguales por cualquier motivo, sin razón aparente, siendo uno de los motivos de esta discriminación la raza, el color de piel, el origen étnico o nacional, es decir, el racismo y la xenofobia. Según la Real Academia Española de la Lengua, discriminación es toda distinción, exclusión, restricción preferencia arbitraria, por acción o por omisión, basada en la raza, color, origen étnico, edad, sexo, género, religión, opinión política o de otra índole, nacimiento, origen nacional, cultural o socioeconómico…
En la publicación de hoy, tal y como reza nuestro título, nos centraremos en la discriminación de nuestros pequeños por motivos raciales, debido a su “condición” de adoptados.
En realidad la discriminación tiene que ver con el uso que hacen los demás de las diferencias; los demás usan las diferencias propias de adopción de forma negativa para sus protagonistas. Es decir, la diseminación es un problema o dificultad que tienen las mayorías, pero que sufren las minorías.
Los sorprendentes resultados del estudio de la asociación UME alaia
Según un estudio llevado a cabo por la asociación Ume Alaia, que agrupa a familias adoptantes de Vizcaya, hasta un 70% (7 de cada 10 niños) adoptados sufren racismo, xenofobia u otro tipo de discriminación, y en la mayoría de los casos, no cuentan el problema en casa para no disgustar a la familia, o por miedo a incomodarla con un problema añadido. A los ocho años, muchos de estos niños, ya han oído a algún compañero decir que su padre y su madre no son “de verdad”, según esta investigación.
Niñ@s y adolescentes adoptados insultados por sus rasgos físicos, ven como sus compañeros hacen bromas sobre esto, les agreden o descalifican utilizando términos peyorativos y denigrantes acerca de sus diferencias físicas y sociales con respecto a la mayoría. Prácticamente todos los menores adoptados viven esta experiencia en soledad, sin poder compartir sus sentimientos, pensamientos y vivencias acerca de esta discriminación. Lo mismo les ocurre a sus padres, que no están preparados para compartir esto y hablar de ello, prevenir y actuar de forma asertiva…
Como comentábamos la mayoría de nuestros menores adoptados viven en familias con las que mantienen obvias diferencias físicas, dados sus diversos orígenes: africanos, orientales, eslavos, americanos… Es tarea de los padres crear un fuerte y positivo sentido de su identidad diferencial, lo cual tendrá una gran influencia en su desarrollo posterior. Además debemos tener en cuenta que las secuelas de los primeros traumas y carencias en su primera infancia, así como sus dificultades desarrollo y maduración es probable que interfieran en esta tarea de integración indentitaria.
La disciminación puede perdurar por toda la vida
Un estudio publicado por la Agencia de la Adopción y la Acogida de Reino Unido (BAAF, por sus siglas en inglés) sobre los efectos de la adopción a largo plazo demuestra que el racismo experimentado en la infancia perdura durante la vida adulta. Además, no todas las entrevistadas para el informe tienen la misma percepción de su identidad: el 50% de la muestra se consideran asiáticas: un 19%, británicas, y un 15% se definen como británico-asiáticas. Un estudio similar realizado en Suecia explica que el racismo es diferente en función del origen: la mayoría de los africanos lo sufre, frente al 32% de los asiáticos y el 11% de los latinoamericanos.
¿Cómo enseñar a los niños a defenderse antes cualquier tipo de disciminación?
Hay que dejarles claro que la discriminación que reciben por ser diferentes son cosas que NO deben aguantar, pues les están haciendo daño. Está muy mal usar las diferencias de los demás para reírnos de ellos. Hay que hacerles ver que es necesario pedir ayuda a las personas mayores ya sea en el colegio a su seño o a la madre de alguno de sus amigos en el parque, o a sus padres en cualquier momento, y sobre todo sin miedo ni vergüenza.
Las luchas contra el racismo es tarea de todos. Los niños no pueden defenderse de un problema que no es suyo, necesitan nuestra protección. El problema del racismo, la xenofobia y discriminación es de quien lo hace, no de quien lo recibe, por eso es muy importante hacer conscientes a nuestros pequeños de que ellos no son culpables de nada.
Hemos de ofrecerles una infancia lo más feliz posible, por que ellos se lo merecen.