Aprende cómo mejorar la pronunciación en francés
Alba Enríquez Pozo
Cuando aprendemos una nueva lengua solemos comenzar por estudiar aspectos puramente léxicos o gramaticales, dejando de lado algo tan esencial como el sistema fonético. En el caso del francés, partimos de la ventaja que es catalogado como un idioma a priori sencillo. No obstante, su pronunciación suele suponer una gran barrera para los/las estudiantes de habla hispana por varias razones:
- Mientras que el castellano tiene 24 fonemas, el francés tiene 37.
- Algunos fonemas son nasales (el aire pasa por la cavidad nasal), lo cual nunca sucede en español.
- Hay una gran cantidad de letras mudas, por lo que debemos olvidarnos de pronunciar tal cual se escribe.
- Existen formas diferentes de escribir un mismo sonido.
- Los acentos no sirven para indicar la sílaba tónica, sino para modificar la pronunciación de la letra en cuestión.
- El fenómeno fonético de la liaison nos obliga a pronunciar la consonante final de palabras que, habitualmente, no se pronunciaría de forma aislada.
Dificultades concretas más comunes
Así pues, el francés se presenta como una lengua rica en fonemas, fonemas que no siempre tienen una correspondencia directa en español. Algunos ejemplos concretos de dificultades generales y comunes a todos los/las estudiantes de francés son las siguientes:
- La R: mientras que en español la -r vibra, en francés es un sonido gutural (se pronuncia desde la garganta). Si quieres mejorar la pronunciación, puedes optar por seguir algunos trucos populares como sorber agua y hacerla vibrar en la garganta o morder un lápiz mientras pronuncias palabras que la contengan (ej. apprendre, prendre, entendre, comprendre, etc.). ¡No olvides que no debes pronunciar la -r al final de las palabras!
- La U: nuestro sonido de la -u también existe en francés (ej. rouge), pero existe otro sonido que difiere y dificulta bastante la pronunciación de cualquier hispanohablante. Para pronunciar esa U francesa es necesario redondear los labios y estirarlos hacia adelante.
- Los sonidos nasales: sonidos como ''an'' y ''on'', entre otros, utilizan la nariz. La clave reside en pronunciar la vocal y cerrar el paso del aire por la nariz, bajando el velo del paladar.
- La V y la B: aunque en español no establecemos la diferencia entre ambos sonidos, en francés nos encontramos ante dos sonidos diferentes. El sonido de la B no difiere de la española, pero la V francesa es labiodental. Esto quiere decir que debemos situar los incisivos superiores sobre el labio inferior, a la vez que tratamos de pronunciar una especie de -f suave.
- La E: existen tres sonidos con la E (é, è y e). La E con acento agudo (é) se pronuncia como la E en español. No obstante, la E con acento grave (è) es más abierta y la E cerrada se pronuncia con la boca en forma de O.
- Las combinaciones de vocales: como hemos indicado anteriormente, en español estamos acostumbrados/as a pronunciar como escribimos, pero no ocurre lo mismo en francés. Te presentamos algunas de las combinaciones de vocales más frecuentes:
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- ''Ou'': la pronunciación equivalente en español es la U. Ej.: voulez.
- ''Ai''/''Ei'': se pronuncian como una E abierta (è). Ej. aider, peigner.
- ''Oi'': tiene el mismo sonido que nuestra ''ua''. Ej.: poid.
- ''Au''/''Eau'': se deben pronunciar como una O.
- ''Eu''/Oue'': la pronunciación es una especie de E cerrada (combinación entre la E y la U). Ej. leur.
Consejos para mejorar la pronunciación en francés
Como bien es sabido, no podemos mejorar la pronunciación si nos limitamos a estudiar léxico y gramática. Es fundamental que establezcamos lazos con contenidos reales, y no puramente didácticos, que nos permitan comenzar a familiarizarnos con los sonidos. Además, debemos realizar un esfuerzo por practicarlos a diario. ¡Ponte delante del espejo, grábate y no temas a equivocarte!
A continuación, te presentamos algunas ideas para mejorar tu pronunciación en francés a la vez que aumentas tus capacidades de comprensión escrita u oral:
- Escucha música en francés: la música no solamente nos ayuda a contextualizar vocabulario o gramática, sino que se trata de una experiencia agradable que permite a nuestro oído habituarse a los sonidos. Si además te atreves a cantar, contribuirás positivamente a la mejora de la entonación.
- Utiliza aplicaciones: algunas aplicaciones como Duolingo, Busuu o Mosalingua incluyen funciones destinadas a la mejora de la pronunciación. Al escuchar y repetir frases es inevitable comenzar a familiarizarse con los sonidos más complejos. Es más, si te animas puedes comenzar a utilizar HelloTalk, una aplicación que te permitirá conectar con hablantes de todo el mundo.
- Ve películas, series o vídeos subtitulados en francés: puedes aprovechar para apuntar expresiones útiles que desconozcas. Asimismo, tienes la posibilidad de pausar el vídeo siempre que consideres necesario. Al igual que sucede con la música, a través de la escucha de vídeos, películas o series logramos acostumbrar el oído.
- Lee en voz alta: cuando leemos en voz baja, tendemos en concentrarnos mayormente en el contenido y dejar de lado la pronunciación. No obstante, al leer en voz alta solemos hacer justo lo contrario, ya que planificamos de manera casi inconsciente y automática la pronunciación de los términos.
- Saca provecho de las redes sociales: las redes sociales sirven para compartir fotos, jugar y contactar con amigos/as, pero también para aprender idiomas. Existen grupos de Facebook de acceso público que sirven para compartir recursos y debatir. Incluso se proponen intercambios de idiomas en caferías o locales específicos.
- Invierte en formación: el Curso de Iniciación al Francés A1-A2. Utilisateur Élémentaire puede ayudarte a desenvolverte oralmente. En INESEM Business School disponemos de formaciones 100% online con actividades prácticas que permiten trabajar todas las destrezas. Los docentes especializados en la materia se encargan de proporcionar un feedback personalizado que incluye consejos y recomendaciones para vencer las dificultades de pronunciación específicas.
¡Di adiós al miedo!
Es habitual sentir miedo al hablar en público, sobre todo cuando se trata de una lengua que no dominamos a la perfección. El miedo a no ser comprendido, a no saber expresarse adecuadamente o a no encontrar las palabras deseadas paraliza y dificulta, en gran medida, nuestra pronunciación en francés. Ahora bien; como cualquier temor, se vence enfrentándose a él. Como decía Charles Augustin Sainte-Beuve: «el éxito consiste en vencer el temor al fracaso», y no hay mayor fracaso que el de no haberlo intentado nunca.