En la actualidad un gran número de personas sufre la intolerancia al gluten (proteína que poseen algunos cereales). Pero el verdadero problema radica en que el 75% de los celíacos no saben que padecen esta enfermedad y no siguen una alimentación adecuada a su problema, por lo que continúan consumiendo cereales sin saber que les está afectando negativamente.
Para saber si alguien padece esta intolerancia, es importante destacar que no es necesario que aparezcan unos síntomas característicos como diarrea o dolor abdominal, ya que algunas personas pueden no presentar estas reacciones. Además la enfermedad puede ser latente, es decir, que no aparezca en edades tempranas (niñez y adolescencia) pero sí en la madurez o en la vejez.
Para aquellas personas que sí presenten síntomas, los más comunes son:
- Para niños: nauseas, vómitos, diarreas grasas, retraso en el crecimiento, pérdida de peso, anorexia, debilidad muscular…
- Para adolescentes: dolor abdominal, diarrea, dolores de cabeza, retraso en el crecimiento, anemia (sobre todo en mujeres), problemas cutáneos…
- Para adultos: diarrea, anemia, pérdida de peso y masa muscular, osteoporosis, abortos (en caso de mujeres embarazadas)…
En cuanto a aquellas personas que no presenten síntomas, se pueden diferenciar en pacientes que padecen la enfermedad pero sin sintomatología, pacientes que presentan la enfermedad pero con una dieta apropiada la han superado y pueden seguir una dieta normal (latentes) y personas con altas probabilidades de padecer la intolerancia (potenciales). Estas últimas personas tendrán un 13% de posibilidades de padecer una enfermedad celíaca latente (en un cierto momento consumirán gluten y no les afectará) y un 50% de padecer la enfermedad de forma asintomática.
En todos los casos, las personas con antecesores celíacos tienen muchas más posibilidades de padecer esta enfermedad, y dentro de esas personas las mujeres tienen aún más posibilidades (el doble).
La mejor forma de verificar si una persona padece esta problemática es realizar unos análisis serológicos, los cuales son recomendables para aquellas en las que se sospeche la existencia de celiaquía (por síntomas) y en personas familiares o descendentes de un celíaco. Ante cualquier sospecha, lo mejor es acudir a su alergólogo.
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Me parece un buen tema ya que justo estoy en el primer capitulo sobre las harinas , es una enfermedad que si bien es cierto se escucha mucho, pero son pocos los que saben que la tienen. Para los que estamos aprendiendo la carrera de panadería es algo que no puede pasar desapercibido para cuando tengamos clientes y poder de alguna manera etiquetar y poder prevenir complicaciones y también concientizar la enfermedad celiaca.