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Descubriendo la antropologia social y cultural

Ciencia de lo cotidiano desde la antropología social y cultural

23/05/2019
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Si pensamos en la antropología social y cultural, rápidamente nos vendrán a la cabeza imágenes de un señor vestido con ropa de expedición, armado con un cuaderno, un bolígrafo o a lo sumo cargando con una grabadora intentado observar todo lo que ocurre en un escondido poblado de la selva amazónica, en una remota aldea de la sabana africana o de las recónditas islas de la polinesia.

El origen etimológico de la antropología proviene del griego “antrophos”, que hace referencia al ser humano  y “logos”, relativo a la ciencia. En este sentido la antropología puede definirse como la ciencia que estudia al ser humano.

Los orígenes de la antropología se centran en el interés surgido sobre todo durante el siglo XIX por comprender, conocer y describir nuestros orígenes como especie. Los trabajos y teorías de Darwin propiciaron la proliferación de estudios y teorías ligadas a la evolución de los pueblos.

El auge de las teorías relacionadas con la evolución del ser humano, se une a las transformaciones acaecidas en torno a la revolución industrial y los procesos coloniales, despertando el interés por distintas culturas y sus organizaciones.

Inicios de la antropología social y cultural

Al referirnos a la antropología social y cultural, describimos al ser humano como parte de un grupo social y cultural. En este sentido, la antropología social y cultural se encarga precisamente, del estudio de las sociedades y culturas que habitan el mundo que vivimos.

Uno de los teóricos más conocidos del campo de la antropología es Claude Lévi-Strauss, que trató de construir la unificación conceptual en el campo de la antropología. Para ello, Lévi-Strauss estableció la diferenciación entre el trabajo de etnografía, etnología y antropología.

Investigando desde la antropologia social y cultural

Estos conceptos, que habían estado utilizándose de forma generalizada, tomaban así un sentido en la investigación antropológica. Se establecía la etnografía como el proceso de descripción de una cultura concreta; la etnología, como la fase en la que establecemos la comparativa entre distintas culturas; y finalmente, la antropología social y cultural como la construcción del cuerpo teórico final.

La construcción de la antropología social y cultural propició un abundante campo de conocimientos, crítica y aportaciones conceptuales. Estas aportaciones se vincularon a la forma en que se concebían las distintas culturas respecto a los procesos religiosos, relacionales, de género.

Las pioneras investigaciones de Malinowski (La vida sexual de los salvajes del noroeste de la Melanesia), Margaret Mead (Adolescencia y cultura en Samoa) o Lévi-Strauss (El pensamiento salvaje) ayudaron a construir conceptos como identidad cultural, relativismo cultural, etnocentrismo, diversidad cultural; aportando importantes cambios en relación a nuestra concepción sobre las culturas y su relación con los grandes valores universales.

La antropología en las sociedad actual

Desde aquellas investigaciones, esta ciencia ha sufrido amplias transformaciones, siendo uno de los campos de trabajo más presentes en las diferentes ciencias sociales.

Es extraño que no encontremos en nuestro campo profesional investigaciones y trabajos vinculados directamente con los procesos de investigación antropológica.

 En el ámbito de la educación los trabajos de Paul Willis, sobre todo su libro “Aprendiendo a trabajar. Cómo los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera”, abrieron una importante línea de investigación. Willis, se centró en los estudios culturales y en como determinadas circunstancias sociales propiciaban la reproducción de clase social y, por tanto, la resistencia de determinados jóvenes al proceso de escolarización.

De igual forma, la antropología se contribuye de forma determinante en otros campos como los estudios feministas, los estudios del desarrollo y las migraciones y la aplicación de los estudios sociales en distintos entornos.

Por otro lado, la antropología social y cultural se orienta cada vez más a nutrir numerosos estudios.  Sus métodos, nos ayudan desentrañar la ciencia de lo cotidiano, de lo que nos construye como sociedad. Se busca así comprender qué está pasando en los distintos procesos sociales que nos atraviesan: el aislamiento, las prisas, el estrés, la irrupción de las tecnologías.

Observar y construir teoría desde la vida cotidiana

El metro, el autobús, hacer la compra… son acciones cotidianas que esconden todo un mundo de investigación por descubrir para la antropología social. La antropóloga/o, puede sentarse en el banco de un parque, en el bús, en la cafetería, para observar y construir su cuaderno de campo.

Es precisamente lo que hizo Esther C. Kim para describirnos la “Osmosis del ascensor” o como el autobús puede reflejar el creciente comportamiento antisocial de nuestras sociedades actuales. Al igual que Kim,  Marc Augé bajó a las profundidades del metro, para contarnos como en el continuo cruce le línea de metro también se cruzan vidas para reorientarse y reencontrase más allá de la unión entre dos puntos.

Augé también nos ha descrito desde la etnología, los “no lugares”, esos lugares de transición y paso constante en los que nos encontramos un tiempo para pararnos y encontrarnos.

Las herramientas de investigación de la antropología, a través de la observación, la entrevista y el inseparable cuaderno de campo, nos permiten entrar en los sentidos y significados de esas prácticas cotidianas para descubrir las distintas vidas que construyen la ciencia de nuestras relaciones cotidianas.

Categorizado en: Educación y Sociedad

No hay comentarios

  1. Ruth Velasco dice:

    Me encanto el articulo, soy estudiante de sociologia, a pesar de mus 72 años estoy cursando mi primer año de sociologia.

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