Vivimos en un mundo de grandes tensiones y en el que hemos aprendido, e incluso nos hemos malacostumbrado, a convivir con un alto grado de violencia. En consecuencia debemos actuar potenciando la Educación en valores hacia una cultura de paz.
La paz es definida como un proceso gradual que es alcanzado por aquellas sociedades concienciadas con el concepto de justicia, sin embargo, es necesario ser conscientes de que el concepto de paz es cambiante, ya que se trata de un camino aprendido cargado de trasformaciones continuas.
Es por ello que el concepto de paz positiva debe ser aplicado a las relaciones a cualquier nivel (individual, social, nacional e internacional), para contribuir en conjunto a la resolución no violenta de los conflictos y la justicia social.
Cómo construir una sociedad dirigida hacia una cultura de paz
Para alcanzar la denominada "paz positiva", es decir, no sólo la paz referente a la ausencia de guerra sino la que incluye fenómenos como la pobreza, las desigualdades o la vulneración de derechos humanos, hay que acudir a mecanismos que nos permitan atajar las circunstancias conflictivas presentes y anticipar las futuras.
“La educación a todos los niveles es uno de los medios fundamentales para edificar hacia una cultura de paz. En ese contexto, es de particular importancia la educación en la esfera de los derechos humanos”. (Declaración y Programa de Acción sobre la Cultura de Paz, art. 4).
La educación surge como escenario esencial y necesario, “reconociendo que la paz no sólo es la ausencia de conflictos, sino que también requiere un proceso positivo, dinámico y participativo en que se promueva el diálogo y se solucionen los conflictos en un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos”.
Cuando hablamos de construir un entorno pacífico, hacia una cultura de paz, necesariamente tenemos que contemplar el conflicto como parte del proceso.
Teniendo en cuenta que el conflicto es algo natural e inherente a las relaciones humanas en este caso se hace relevante una buena base en gestión y resolución de conflictos, cultura en negociación, mediación y conciliación como herramientas fundamentales en la Educación para la Paz. La puesta en marcha de estos mecanismos de gestión de conflictos persigue el objetivo de trasformar un escenario conflictivo en un entorno de diálogo y consenso que permita una convivencia equilibrada y armónica.
Por tanto la Cultura de Paz necesita de la cultura de la mediación, entendiéndose ésta, como método de resolución de conflictos basada en una filosofía ganar-ganar, en la que todas las partes implicadas fomenten y desarrollen, a lo largo del proceso, habilidades comunicativas positivas y actitudes receptivas para alcanzar un acuerdo.
La promoción y desarrollo de las relaciones sociales y el respeto de los derechos humanos comparten, en muchos aspectos, una motivación común, haciéndose necesario el compromiso fundamental de promover la libertad, el bienestar y la igualdad de los individuos en todas las sociedades.
"La utopía hoy será la realidad del mañana"
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La paz es el camino