¿Alguna vez una persona te ha caído mal una persona a pesar de apenas haber entablado una mínima conversación?, ¿has congeniado con una persona en las primeras palabras de un encuentro casual?, ¿crees que sería la misma persona sin las relaciones que han marcado tu vida? En esta entrada vamos a analizar las razones por las que una persona nos cae bien o mal; como desarrollamos nuestra personalidad en las relaciones interpersonales; o los factores que predicen el éxito en una pareja en su inicio.
Una primera impresión de la personalidad en las relaciones interpersonales
La primera impresión es fundamental para entablar una relación, ya sea laboral, social o íntima. Este primer contacto es breve e irracional e influenciado por los sesgos cognitivos que distorsionan nuestra percepción social. Esto puede explicar por qué nos llevamos bien o mal con las personas independientemente de su valía o puntos en común.
Heurístico de representatividad
En el heurístico de representatividad, la valoración de una persona dependerá de los esquemas que tengamos sobre el grupo social al que pertenezca. Si el grupo en el que clasificamos a la persona tiene un significado positivo, la primera impresión será positiva.
Efecto Halo
El conocido efecto halo es un sesgo que se repite en diferentes situaciones laborales, educativos, sociales o familiares. Estudiado por Edward L. Thorndike (1920) en su investigación sobre los fallos y mejoras en las evaluaciones psicológicas militares. Podemos definirlo como la valoración que realizamos de un cualidad llamativa y diferente con la que generalizamos todo el comportamiento. Por ejemplo, conocemos a una persona a la que le gustan le preocupa el consumo de plásticos y asociamos que podrían gustarle los animales, ser vegetariana, o incluso votar a un determinado partido político.
Experiencia y emoción
La experiencia, el humor o la emoción que experimentamos en el momento de conocer a una persona determina nuestra opinión y relación con ella. En este sentido, si conocemos a alguien después de un día estresante es más probable que deseemos llegar pronto a casa que entreternos con un desconocido.
Efecto de la exposición
Un último sesgos cognitivo, es el efecto de la mera exposición consiste en que la presencia reiterada de un estímulo provoca una acción positiva hasta dicho elemento. El efecto de la familiaridad crea una evaluación positiva en personas, experiencia u objetivas sin estímulos condicionados aversivo.
No podemos suponer que nuestros juicios sean un buen conjunto de bloques sólidamente estructurados, sobre los cuales basar nuestras decisiones, porque los juicios mismos pueden ser defectuosos. Daniel Kahneman.
Defensa perceptiva
Si nos guiamos por la defensa perceptiva solo identificamos aquella información que deseamos conocer e ignoramos aquella que nos puede producir incomodidad o peligro o es incompatible con nuestras creencias. Este fenómeno ocurre cuando las expectativas son negativas y tendemos a ignorar aquello que nos quiere comunicar. Por ejemplo, la incidencia de una enfermedad contagiosa, las probabilidades de ganar la lotería o los signos de manipulación en una relación.
Estos sesgos cognitivos determinan la percepción de la personalidad en las relaciones interpersonales y pueden llevarnos a algo tan sencillo como juzgar o caer mal a una persona valiosa.
Las relaciones como una necesidad vital
En la formación de la personalidad es imprescindible analizar las relaciones afectivas que mantenemos a lo largo del ciclo vital.
- En la primera infancia, las relaciones principales se generan con la familia siendo un ambiente estable y reconocido. En la mayoría de los casos, la madre establecerá la relación con una adaptación mutua.
La personalidad desarrollada en la infancia, tienda a repetirse en la vida adulta. Al establecer relaciones fuera de casa, elegimos las que mantienen nuestro carácter. En el caso de necesitar o motivar un cambio, estableceremos relaciones que no refuercen nuestra personalidad
En nuestro historial de contingencias, creencias y refuerzos, aprendemos a relacionarnos de un modo concreto. Al iniciar nuevas relaciones sociales repetimos patrones de conducta previamente aprendidos y exitosos.
Por el contrario, si nos incomodan en una nueva relación, nuestra forma habitual de relacionarnos no es adaptativa por lo que o cambiamos o finalizamos esa interacción. Por eso solemos mantenernos en lo conocido y tememos lo desconocido.
Nuestra personalidad está determinada por las relaciones interpersonales que hemos mantenido y puede modificarse a través de las relaciones interpersonales.
“No sólo somos animales gregarios a los que les gusta estar en presencia de sus semejantes, sino que tenemos una propensión innata a ser advertidos y ser vistos favorablemente por los de nuestra especie. No puede imaginarse un castigo más diabólico, si éste fuera físicamente posible, que el individuo se moviera libremente en la sociedad pero que pasara absolutamente inadvertido para todos sus miembros.” William James.
Modelo multidimensional de afiliación
Según el modelo multidimensional de la afiliación (Hill, 1987), las personas se unen y se relacionan por cuatro razones principales
- Obtener una estimulación positiva en la que consideramos que el contacto y la interacción con otras personas es gratificante.
- Lograr la atención y aprobación de otras personas ya que deseamos ser aceptados, valorados y reconocidos.
- Recibir apoyo emocional que nos sirve para reducir el miedo, el estrés o la incertidumbre.
- Adquirir información sobre qué opinan y cómo se comportan otras personas, permitiendo de este modo evaluar sus propias opiniones y reacciones, comparándose con los demás (Festinger, 1954)
La magia del amor
Existen cuatro mecanismos básicos por los que nos relacionamos con personas semejantes y determinan el efecto de la personalidad en las relaciones interpersonales:
Semejanza
‘Eres como yo, eres de fiar’. Las personas se sienten más atraídas hacia quienes son semejantes a ellas. Diversas investigaciones en psicología social han demostrado que las personas se gustan porque forman un sistema equilibrado. Es sencillo dicha semejanza atrae porque cumple funciones adaptativas: facilita interacción, promueve el sentido de familiaridad y seguridad, y valida el auto-concepto.
Reciprocidad
‘Me gustas, si te gusto’. A la mayoría de las personas, en algún momento de sus vidas, les ha llegado el rumor de que le gustan a otra persona y este hecho ha provocado un repentino interés afectivo. Esto ocurre por varios factores:
- Es reforzante saber que les gustamos a otras personas y eso genera sentimientos positivos.
- Asumimos que aquellos a quienes les gustamos tienen buenas intenciones hacia nosotros y nos tratarán bien por ser buenas personas.
- Para que este fenómeno se confirme, es necesario que el cumplido nos haga sentir especiales y afortunados.
Entre estos dos fenómenos, nos sentimos más atraídos hacia personas a las que creemos que le gustamos que hacia personas con las que compartimos actitudes.
Familiaridad
‘Me interesas si me resultas conocido/a’. Es más fácil sentir algo por una persona próximas a nosotros físicamente debido a que se convierten en más cercanas emocionalmente, por las siguientes razones:
- Cuanto mayor sea la frecuencia de nuestros encuentros con otras personas en mayor medida los asociamos a emociones positivas.
- Los estímulos nuevos generan incertidumbre que disminuyen a medida que la exposición repetida a ellos muestra que son beneficiosos.
- Se produce con mayor fluidez cognitiva ante estímulos familiares. Esta fluidez se experimenta de forma positiva a nivel afectivo.
- La relación y familiaridad implica que en el pasado han tenido lugar interacciones reforzantes.
Un reconocido psicólogo, Arthur Aron, diseño en 1997 un cuestionario de 36 preguntas clasificadas en tres grupos para generar confianza. El objetivo era ayudar a profesionales a crear una relación cercana en un contexto profesional. Inicialmente, su estudio era una herramienta para crear intimidad, no necesariamente amorosa, de forma gradual. Sin embargo, su investigación se ha utilizado para aumentar la intimidad y la seducción entre extraños.
Atractivo físico
Lamentablemente, las personas atractivas son juzgadas y tratadas más positivamente que las no atractivas según los estándares de belleza actuales. Esto se debe a que se produce un efecto halo por el cual una persona atractiva obtiene mayor aceptación social ya que lo relacionamos con inteligencia, salud física y recursos económicos. Por último, el atractivo físico es uno de los mejores predictores de la atracción interpersonal, al menos al inicio de una relación.
Las diferentes funciones y sesgos cognitivos, la percepción, la interpretación, la atribución y las emociones desarrolladas influyen en la vida afectiva y social y es nuestra tarea conocerlos y manejarlos para una mayor adaptación al entorno.
Muy bueno
Gran lectura Me encanta optimista y con cosas hermosas y palabras encantadoras
Hola, es justo y hermoso en una post pandemia reflexiva e inspiradora.